A la caza de los nómadas digitales
Por Yanancy Noguera (*)
OBRA GRIS
El término de nómadas digitales, utilizado por el ministro de Turismo de Costa Rica, Gustavo Segura, y por el diputado Carlos Ricardo Benavides, hace referencia a estos trabajadores extranjeros, independientes o con contrato laboral, que podríamos atraer a Costa Rica para que permanezcan por un buen rato. ¿Será posible una nueva etapa de inversión extranjera pero ya no solo de empresas sino de trabajadores?
Además de lugares hermosos, en montaña o playa, con buena conexión de Internet, es necesario que una ley le permita a estas personas permanecer en el país por más tiempo que los 90 días actualmente definidos.
El proyecto de ley propuesto por Benavides, en discusión, plantea una autorización de permanencia por un año, con salidas múltiples, para quien pueda demostrar solvencia económica (ingresos de $5 mil mensuales mínimo).
Estas mujeres y hombres teletrabajadoras podrían venir con sus parejas e hijos, podrían requerir un colegio o escuela cerca y un carro de alquiler, harían turismo en sus días libres y se involucrarían con las comunidades cercanas a su lugar de estancia.
Este beneficio del teletrabajo, de muchos otros que ha generado esta nueva forma de ocuparse y vivir, puede tener un enorme impacto en Costa Rica.
En el 2018, se movilizaron 1.400 millones de personas entre países en el mundo para hacer turismo, esto es el doble que la cifra registrada en el 2000. A Costa Rica ingresaron 3 millones de personas en 2018 –en 1990 recibimos 400 mil personas–. Nuestro modelo de turismo sostenible atrae de vacaciones al 80% de esas personas, quienes buscan sol y playa (el 75%) y el ecoturismo (65%).
“Las crisis permiten redefinir. La pandemia podría darnos una excelente oportunidad de fortalecer el modelo turístico de Costa Rica”.
El ministro Gustavo Segura dice que si le unimos a nuestro modelo de turismo sostenible el elemento de bienestar, wellness en inglés, tendríamos un nuevo elemento de valor agregado para la atracción de turistas durante esta pandemia y producto de la recuperación paulatina de la confianza del viajero. Sería alguien que desayuna frente al mar, hace un rato de yoga, trabaja en su computadora portátil en sandalias, en la noche se da un masaje y luego sale a comer a un restaurante de comidas saludables,
Según el ministro, Costa Rica no necesariamente debe aspirar a atraer más cantidad de turistas de las cifras que teníamos antes de la pandemia, incluso por el impacto que eso puede tener en nuestras playas y montañas, las cuales debemos preservar. Debe aspirar a turistas de más calidad. Por encima de otros países que atraían también turistas de sol y playa, Costa Rica ya lograba más tiempo de estadía. Si le sumamos más días de estos nómadas digitales y sus familias, quienes buscan un lugar lindo para trabajar y para cuidarse, sin duda eso sería muy bueno.
La ley es necesaria, también la infraestructura y los recursos, y sobre todo la visión del Estado, los empresarios turísticos y los emprendedores. Las crisis permiten redefinir. La pandemia podría darnos una excelente oportunidad de fortalecer el modelo turístico de Costa Rica, seguir luchando contra cosas no tan buenas que se le asocian, profundizar y crear otras buenas y deseables para nuestro Pura Vida.
Ya lo dijo Estado de la Nación de 2019: La industria turística es el sector de la economía costarricense con la mayor capacidad de encadenar otras actividades e impulsar el crecimiento de la producción.
(*) Yanancy Noguera es periodista y tiene un MBA con énfasis en finanzas. Fundadora de Punto y Aparte, un programa colaborativo de buen periodismo entre estudiantes y periodistas experimentados. Fue directora de La Nación y El Financiero, con 24 años de experiencia en medios y de esos 15 en posiciones de dirección. Profesora universitaria.