Los desacuerdos productivos son necesarios para resolver los acertijos que nos lanza un mundo complejo que se desordena y ordena como el cubo Rubik.  La clave se centra en integrar todas las caras, potenciando el valor de los vértices diversos.

Por Cristina Cubero Lazo (*)

Estamos biológicamente activados para reflejar el comportamiento de quienes nos rodean. Existe una especie de ideal colectivo de aceptación social que promueve la intolerancia hacia las perspectivas atrevidas.

Sin embargo, esa figura perfecta del consenso, que llega de forma rápida y sin desgaste, es cada vez más cuestionada. La pasividad y uniformidad de pensamiento deriva en una peligrosa exclusión de la diversidad, así como la pérdida de soluciones eficaces.

Las organizaciones, como figuras sociales, adoptaron y difundieron ese esquema de consenso, ordenado, jerárquico e incluso tedioso, que funcionó en el mundo predecible. En ese pasado, el final podía conocerse, por eso no era necesario crearlo, sino llegar a él.

El presente y el futuro, por el contrario, son dimensiones complejas, están conformados por ondas expansivas de cambio que nos colocan en medio de la incertidumbre. En estos nuevos entornos, las visiones únicas pierden poder. Indiscutiblemente, saltará la liebre del sombrero; por esto, maniobrar nuevos métodos para la reinvención y resolución es una tarea necesaria.

Problemas complejos y caóticos

El modelo Cynefin (David Snowden, 1999) describe con precisión los entornos en los que nos movemos en las empresas y en la vida: Obvio, Complicado, Complejo y Caótico.

Los hábitats Obvios y Complicados tienen una naturaleza estructurada y predecible. Los expertos ingresan y brindan su guía bajo estrictos métodos probados, mismos problemas mismas respuestas, sin perder el milimétrico formato.

Por el contrario, los hábitats Complejos o Caóticos tienen múltiples aristas, se desordenan y entrelazan con la facilidad del cubo Rubik y deben ser resueltos por métodos igualmente disruptivos. En estos hábitats transitamos.

Se vuelve necesario, entonces, activar la diversidad y la colaboración radical encausadas a generar soluciones para problemas que nunca se habían presentado. La fuerza de respuesta es, precisamente, la suma de capacidades diferentes. Esas fuerzas, son además curiosas, más que esperar un problema, lo descubren y crean las soluciones.

La fórmula que mueve a las organizaciones que solucionan escenarios Complejos incluye discrepar e incluso fallar; en esa ruta estimula nuevas formas de resolver y pensar, construyendo la posibilidad real de aprendizaje y creación. como lo indica Gandi: “El desacuerdo honesto suele ser una buena señal de progreso”.

Armonía versus equilibrio: active la rebeldía

El desacuerdo productivo y el pensamiento diferente, que desafía responsablemente el consenso, no ocurren sin tomar medidas deliberadas para activarlo. ¿Cómo lograrlo?

  1. Desprográmese. Debe perder el temor de romper la armonía. Buscar nuevos ángulos, nuevas preguntas y explorar diversos matices de una situación particular, antes de consensuar. Es clave sumergirse en áreas que le generen incomodidad como arte, ciencia, disciplinas diferentes a su formación, con lo cual se activarán nuevos circuitos neuronales y sociales.
  2. Más actores, más ideas. La diversidad cognitiva no solo es agradable; es, exactamente, lo que necesita un grupo de trabajo rebelde. Muchas organizaciones abren su mesa de diseño llevando a clientes y proveedores para que reten ideas y expongan necesidades. 
  3. Habilidades para desafiar respetuosamente. En las empresas la jerarquía debe flexibilizarse y potenciar las redes empoderadas, habilitar nuevos canales y buscar problemas para resolver. La orquestación entre funciones es necesaria; piense en el cubo Rubik, e imagine resolviendo un problema complejo desde solo una cara o función de la empresa. Los líderes se deben preparar para impulsar la confrontación respetuosa de sus equipos y dar seguridad a las personas para que desafíen las reglas y procesos, logrando identificar problemas y sus respuestas proactivamente.

Cuanto más progrese el desacuerdo productivo se generarán más tensiones positivas, se alejará de la dudosa armonía, tendrá más solidez, confianza y descubrirá un ciclo virtuoso de mayores desafíos. ¿Está en desacuerdo?

(*) Cristina Cubero Lazo es experta en Transformación Organizacional.