Abrir espacio en la agenda para la respiración, meditación, ejercicio físico, pasatiempos y sueño produce réditos

Por Arianna Ortiz Solano (*)

Invertir tiempo y energía en nuestra salud mental debe ser un ejercicio diario.

Todas las personas deberíamos tener la posibilidad de planificar espacios de fortalecimiento mental, al igual que destinamos tiempo para atender otras necesidades básicas tales como comer y tomar un baño.

Si pretendemos experimentar una sensación de bienestar emocional sin hacer esta inversión diaria, sería como pretender ganar una carrera sin haber practicado con anterioridad.

La crisis sanitaria producto de la COVID-19 nos vino a sacudir emocionalmente. Tal y como lo concluye el estudio liderado por las universidades UNED y UNA con el apoyo de la CCSS y el Ministerio de Salud (2020), el 31,1% de la población en Costa Rica (1.300.000 personas aproximadamente) presenta una situación crítica de afectación en su salud mental producto de la pandemia. Esto se traduce en un incremento en la ansiedad y la depresión entre las personas que habitan en el país.

Considerando a las personas adultas que tienen una rutina a base de trabajo, estudio, familia y actividades personales, cuidar la salud mental en medio de una pandemia, se complejiza. Para nadie es un secreto que la distribución del tiempo se convierte en un desafío cuando debemos atender diferentes roles.

A partir de lo que hacemos, empezamos a priorizar según nuestra propia percepción de las necesidades básicas, y en esa lista de prioridades, usualmente la salud mental ocupa los últimos lugares.

Entonces, ¿cómo podemos cuidar nuestra salud mental aun sabiendo que nos encontramos en un momento difícil? El primer paso es estar conscientes de su importancia y tener la disposición para invertir tiempo en ella. Una vez que exista ese interés, las personas pueden poner en práctica diferentes estrategias que promuevan su salud mental.

Para ello, les comparto las siguientes ideas:

Preste especial atención a su respiración
Tome conciencia de la forma en la que inhala y exhala, respire a su propio ritmo. Lo recomendable es que inhale por la nariz y exhale por la boca. En Yoga también se practica la respiración a través de la nariz únicamente. Disfrute respirar tal y como saborea su comida favorita.

Practique la meditación
Empiece con 5 minutos diarios. En la actualidad, los celulares tienen en su tienda, muchas aplicaciones gratuitas que pueden guiarle en este camino. Esta práctica le permitirá hacer una pausa, recargar energía y retomar sus actividades. Sea constante y conviértalo en un hábito.

Realice actividad física
Caminar, correr, usar la bicicleta y hacer ejercicios de estiramiento son solo algunas opciones. El movimiento es salud.

Recuerde sus pasatiempos
Las opciones dependen de los gustos e intereses de cada persona, quien puede elegir entre pintar, leer, cocinar, cantar, tocar un instrumento musical, armar rompecabezas, cuidar plantas, bailar, jugar videojuegos, coser o visitar lugares nuevos.

Procure dormir lo suficiente
El sueño es reparador. Gracias a él podemos sentirnos con energía, de buen humor y capaces de cumplir con las actividades del día.

La inversión de tiempo en éstas y otras estrategias que contribuyan con la salud mental, permitirán tener una mejor calidad de vida y al mismo tiempo construir relaciones saludables con otras personas y con el entorno que nos rodea.

Aun cuando el camino se sienta empedrado, es posible aminorar el impacto negativo que la coyuntura actual está teniendo en nuestra vida.

Procuremos escoger espacios y prácticas que le agreguen valor a nuestra vida.

La autora tiene una Licenciatura en Psicología por la Universidad de Costa Rica. Actualmente, es estudiante de la Maestría en Psicopedagogía de la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología y se desempeña como Directora de Permanencia Estudiantil en la Universidad Castro Carazo.