En el octavo día se expulsó el hombre del segundo paraíso
El primer paraíso fue el Edén, de donde Adán y Eva fueron expulsados sin el debido proceso judicial, pues no se les abrió una causa, tampoco se les asignó un defensor ni se realizó un juicio.
Simple y sencillamente se les condenó, sin derecho a apelar, y se les envió al destierro.
Una vez que la primera pareja enfrentó la “nueva normalidad”, empezó a recorrer el mundo, explorarlo y descubrirlo. Fue así como conocieron el mar.
–Hombre, Adán, este paraíso no se queda atrás en belleza -dijo Eva, quien se había hecho un bolso con la piel se la serpiente del huerto.
–Tenés razón, Eva. Después de todo no nos fue tan mal. Este lugar está soñado.
–Y además aquí no hay frutos prohibidos.
–Lo único prohibido es contaminar el mar con basura.
–Una prohibición que no hace falta, pues quién va a echar a perder un sitio tan hermoso.
–Nosotros -respondió Adán.
–¿Cómo? ¿Qué dijiste?
–Que nosotros vamos a ensuciarlo.
–¿Por qué habríamos de hacer algo así? ¿Por qué perjudicarnos a nosotros mismos?
–Será nuestra venganza. ¿Nos expulsaron del Edén al primer error? Ahora vamos a demostrar que con nosotros no se juega, que el que la hace la paga. ¡Llenaremos las playas con desechos! ¡Expulsaremos la belleza de este mundo!
En el octavo día creó el hombre la basura, y vio que era buena para echar a perder la Tierra.
Y en un abrir y cerrar de ojos, el ser humano atiborró ríos, playas, mares y océanos con envases, bolsas, cajetillas, tanques de lavadoras, telas, sillas, latas, marcos de ventanas, detergente, colillas de cigarros, vasos, platos y cubiertos de estereofón, refrigeradoras, llantas, sacos de yute, palanganas, botellas, cadáveres de animales, cortinas, cuadernos y libros.
Absolutamente todo lo que ya no le servía a Adán y Eva, y a su descendencia, se convertía en un importante aporte para la contaminación del planeta.
Agreguemos a la lista, sandalias, sombreros, hieleras, edredones, cojines, ollas, planchas, pantallas planas, computadoras personales, anteojos, lápices, tapices, alfombras, tarros de pintura, escobillas limpiaparabrisas, ventiladores, equipos de aire acondicionado, sillones reclinables, matamoscas, juegos de mesa, zapatos de cuero, tenis, colchones, rasuradoras…
… esponjas para lavar vajillas, muñecas, bolinchas, plaquitas para ahuyentar zancudos, moldes de queques, servilleteros, árboles de Navidad, discos de vinil, agendas, tabletas, papel metálico, hamacas, mochilas, preservativos, muflas, cables de electricidad, vendas, mascarillas contra la covid-19, llaveros, calcetines, botones, adornos, peceras, serruchos, conejos de peluche. En fin…

No contento con ver el éxito que había tenido su idea y que llenó la playas de plagas y malos olores, Adán inventó las excursiones al mar.
–Mi amor, ¡sos un genio! -exclamó Eva. Mirá toda la basura que los excursionistas dejan sobre la arena antes de abordar las microbuses y autobuses que los llevarán de regreso a sus hogares. Hemos creado al Homo Cochinus.
–Que también se llama Homo Incultus– agregó Adán.
—Homo maleducadus.
—Homo inconscientus.
—Homo ordinarius.
—Homo egoistus.
—Homo estupidus.
—Homo…
En ese juego de crear Homos se la pasaron el resto del día octavo de la Creación.
Sin embargo, aún faltaba la cereza del pastel, la cual fue colocada al filo de la medianoche.
–Dijeron aquellos seres humanos: “Hagamos a muchos ticos a nuestra imagen y semejanza, de modo que una importante cantidad de ellos ensucien las playas, contaminen los mares”.
Así fue y vieron Adán y Eva que la venganza era buena y en gran manera.
Jotade
Hola. Su sobrino me envió este artículo esta mañana, creo que quería que lo comentara.
Es muy interesante esta figura de la venganza.
Pero habría mucho que decir en mérito. Difícil por estos medios, este tipo de conversación merecería una conversación. O una presentación al menos. Usted no sabe quién yo soy, qué hago, de donde vengo y yo de usted sé lo que leo cada mañana y que me gusta mucho 🙂
Pero voy a intentarlo.
No sé si Dios permitiría una venganza de la parte de su creación. Yo creo que todo es cuestión de EGO. La famosa manzana no fue otra cosa, probablemente, que ese querer del hombre ser Dios. Es el mismo Ego que non aleja siempre de Dios y nos acerca al mundo.
El hombre juega a ser Dios de creación y al mismo tiempo se aleja del Creador. Creador que yo veo también como Madre Tierra. El ser humano ha tenido la tendencia a meterse al centro de la creación como si fuera su parte más importante. Haciendo esto, ha perdido comunicación con la naturaleza misma, que es Dios en sì.
Si nos volviéramos de nuevo como la primeras civilizaciones, que vivían en comunión con la naturaleza o si nos hubiéramos quedado con esa filosofía, a pesar del progreso… imagine. Esas fotos suyas no existirían. Si no hubiéramos dejado de ver a Dios en cada gota del mar, en cada hoja, pájaro, mamífero, persona, en cada celaje, nube, lluvia… si lucháramos cada día contra este Ego, todos, toda la humanidad, entonces viviríamos todavía en un segundo Eden.
Si solo viéramos a Dios en cada cosa…
Quisiera decir mucho más, per no quiero aburrirlo.
Que Dios le bendiga.
Hola Kareem. No me aburre, para nada. Sus reflexiones me resultan siempre muy interesantes (esta compartió aquí y las que de vez en cuando escribe en Don Librote). Me gustan las personas como usted: siempre pensando, analizando, reflexionando, cuestionando, filosofando. Estoy de acuerdo con lo que usted plantea sobre el EGO, una palabra tan pequeña, diminuta, que refleja un narcisismo y vanidad tan grande y desmesurado.El contacto con la naturaleza, abrirnos a ella, nos da una importante dosis de humildad, pues nos recuerda nuestra pequeñez; volví a experimentar esto el fin de semana pasado al visitar el mar: contemplar su inmensidad me hizo recordar que soy un grano de arena en este planeta (¡imagínese en el Universo!); lo mismo me sucedió durante las noches al observar un cielo donde no había espacio para una estrella más. Personalmente, veo a Dios en las personas, la Creación, la lluvia, el silencio, la soledad, la música, la ternura, los niños, mis padres, hermanos y sobrinos, la brisa, las olas, las nubes… en fin… Me gustaría, si le parece bien, escriba un artículo sobre alguna de sus reflexiones y me lo envíe al correo josedavidgm2020@gmail.com, para compartirlo en este sitio web. Que Dios lo bendiga.