El sentido del equilibrio, el balance y el contrapeso, válido y necesario en todo campo de la vida

En una bolsa del pantalón, las críticas; en la otra, los aportes.

De un lado los diagnósticos; del otro, las ideas.

Un bolsillo cargado con quejas; el otro, con sugerencias.

Con una prenda de vestir así, balanceada, equilibrada y compensada, deberíamos andar todos por la vida. El valor del contrapeso.

Sí, porque está bien señalar lo que no funciona bien, es un derecho que nos concede la libertad, pero estaría mejor contribuir también con recomendaciones concretas.

El yin de la desaprobación y el yang de las propuestas.

El Tic del descontento y el tac de la construcción.

El Alfa del pesimismo y el omega de la esperanza.

El escudo que alza la voz y la corona que estimula el razonamiento.

El Mr. Hyde impulsivo y el Dr. Jekyll mesurado.

El Quijote que ve gigantes, magos y ogros, y el Sancho Panza con los pies bien puestos sobre la tierra.

El cíclope que apela al odio y el Odiseo que recurre a la astucia.

El tiburón que acomete y destroza, y Santiago, el viejo pescador, que persevera y lucha.

Con una mano, golpeamos; con la otra, edificamos.

Con un pie, aplastamos; con el otro, apelmazamos las bases del desarrollo.

En un bolsillo del pantalón, problemas; en el otro, soluciones. Porque la vida es también balance y equilibrio.

José David Guevara Muñoz
Editor de Gente-diverGente
Periodista con 35 años de experiencia
Asesor en comunicación