La cantante Shakira, Julio Iglesias, Alejandra Guzmán y Luis Miguel, son algunos artistas que se tiraron a pista para ‘bailar’ el pago de tributos

Pedro Rafael Gutiérrez Doña

Un nuevo impacto noticioso sacudió los meridianos y paralelos de nuestro planeta, esta vez desamarrando los ya conocidos ‘Papeles de Pandora’, un trabajo investigativo realizado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).

Nos entregan en bandeja de plata a centenares de inquilinos en sus paraísos fiscales amasando miles de millones de dólares en manos de nuestros gobernantes y altos funcionarios, sin que exista un control que regule la procedencia limpia/sucia de ese dinero.  

Una nueva lista VIP de personajes de la política contemporánea internacional se suman al lavado de dinero y a la evasión de impuestos, sucia treta para seguir alimentando el inimaginable y dudoso capital que idolatran. 

Estos nuevos Papeles son hermanos de los ‘Papeles de Panamá’, donde hasta hace poco, guardaban en modernos sarcófagos, el nombre y apellido de toda la criptomoneda presidencial, entre ellos el presidente ruso Vladimir Putin, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y el rey de Jordania, Abdalá II bin Al Hussein.  

Pero esto no es nada nuevo, esto es más viejo que el Covid-19; el mundo entero sabe que los negocios offshore se han venido realizando con visos de legalidad en diferentes partes del mundo y por diferentes personalidades de la política, incluyendo jugadores de fútbol y artistas internacionales de la farándula. 

No saben qué hacer con tanto dinero. Es el juego de malos contra buenos en el tax paradise, dinero sucio y dinero limpio, bañándose de la mano en una isla paradisíaca del Caribe. 

La cantante Shakira, Julio Iglesias, Alejandra Guzmán y Luis Miguel, son algunos artistas que se tiraron a pista para ‘bailar’ el pago de tributos, ante la creación de empresas oscuras y lavar sus multimillonarios bienes; aquí es donde está el negocio.

Verdaderos delincuentes internacionales hacen uso de estas lavanderías para borrar cualquier rastro de sus actividades delictivas, convertidas ahora en el purgatorio de los multimillonarios, refugio seguro para los ‘centavitos’ del narcotráfico y mostrarnos finalmente el verdadero rostro de quienes ostentan el poderío económico a nivel mundial. 

“Los Papeles de Panamá se tornan amarillos de esperar a que alguien sea juzgado, convertirse en titular de portada y que cumpla una condena directamente proporcional al delito cometido”.

La creación de empresas de cartapacio para estos millonarios son confeccionadas por una batería de distinguidos abogados, excongresistas, exministros de gobierno y funcionarios públicos, quienes manejan sobre el escritorio del búnker, enormes fajos de billetes con el rostro de Benjamín Franklin, en retribución a sus lucrativos servicios. 

El trabajo realizado por los periodistas nos da un diagnóstico oscuro de la realidad; una radiografía de lo que somos, fieles idólatras de los bienes y riquezas y obedientes ovejas de su padre el dios Mammon.

Mientras tanto, los Papeles de Panamá se tornan amarillos de esperar a que alguien sea juzgado, convertirse en titular de portada y que cumpla una condena directamente proporcional al delito cometido. 

En Costa Rica, el Semanario Universidad reveló en el 2018 que en los ‘Papeles de Panamá’ unas 137 personas y 22 empresas al parecer habrían incurrido en elusión, evasión y fraude fiscal, con la supuesta participación en esa piñata tributaria de altas figuras políticas y financieras. 

Vale tomar en cuenta que de los funcionarios identificados en aquella ocasión, un 64% pertenecen al Partido Liberación Nacional, un 25% al Partido Unidad Social Cristiana y también un exministro del Partido Acción Ciudadana. 

¿Y qué pasó desde entonces? Nada. A la fecha, no ha pasado nada y esto ratifica la máxima que se repite en el país que los escándalos políticos solo duran tres días y que los mentados papeles, ya fueron engavetados.  

En esta oportunidad: ¿Quién va a ser el David para enfrentarse a Ladón, Leviatán con decenas de cabezas? ¿De qué sirve que la prensa en un enorme esfuerzo y trabajo destape esta podredumbre si al final todo quedará en papeles?

No queremos ser pesimistas con tan importante esfuerzo investigativo, pero ante la falta de resultados y el crecimiento de esas actividades, los Papeles de Panamá y los Papeles de Pandora podrían convertirse a corto plazo, en simples reportajes de un tabloide cualquiera.  

Del mito de La caja de Pandora, afortunadamente solo nos queda lo que había en el fondo: Elpis, el espíritu de la esperanza, quien luego de haber salido de ella todos los males del mundo, nos queda la esperanza, la que nunca se pierde, la que nos abre espacios cada día para poder vislumbrar un mundo mejor.

Pedro Rafael Gutiérrez Doña es periodista.