La versión de un filósofo y escritor: ¿Qué le dice a usted esta foto?
Entrega 12 (de un total de 21)
Mañana: Contesta una microempresaria de turismo ecológico
Porque todos observamos y analizamos diferente… A partir de esta realidad, Gente-diverGente invitó a 21 personas a expresar por escrito, y con absoluta libertad, lo que una misma fotografía (un viejo camión abandonado) les dice o sugiere.
21 en el 2021 es el nombre de esta iniciativa que celebra la diversidad y multiplicidad de visiones, análisis y perspectivas que coexisten en la sociedad y nos permiten tratar de armar el complejo rompecabezas del entorno.
Le toca el turno hoy, en este ejercicio de pluralidad, a Rafael Ángel Herra, filósofo y escritor.

El camión de herrumbre esmeralda
El camión es un anzuelo herrumbroso. Te tira desde el pasado y vas retrocediendo por los pliegues del recuerdo, atraído, sin voluntad, zambulléndote. Este color esmeralda añejo no llama a una necesidad de reconstruir lo que ya no es. Más bien el fantasma te lleva abrazándote por los hombros. La primera señal es el diseño, ese diseño lejano, otro ardid del recuerdo que le dibuja el rostro a las máquinas de la infancia: los autobuses, los camiones, los que llevaban carga humana, hombres y mujeres de pie transportados a las fincas, las máquinas de los bomberos, las reliquias estancadas en algún lugar por casualidad y que están ahí todavía para seguir contribuyendo a no desbaratar por completo aquellos días en que tronaban sus motores, crujían y expulsaban exclamaciones de pequeños volcanes cuando jadeaban subiendo una cuesta a duras penas.
Memoria pesarosa, murria, rastros de la felicidad perdida.

Rafael Ángel Herra, filósofo y escritor.
¿Y a usted qué le dice la foto del camión?
El abandono se hace efectivo tras una decisión. ¿Cuántas veces su dueño lo dejó temporalmente en el sitio del abandono sin abandonarlo? ¿O escogió un sitio nuevo jamás utilizado antes para prevenir los efectos culpables que causaría eventualmente el abandono? La partida incluye la posibildad del retorno; el abandono es final y es final agravado por el descuidoconocido previsto y aceptado de previo: es culpable, el abandono detiene la historia y fortalece fijaciones indeseables. Quien abandona sufre y al abandonar lo sabe. Y sentirá cada pequeño avance del deterioro hasta el final de sus días. Quien abandona permanecerá ligado profundamente al objeto de su abandono y sólo tiene dos opciones: la destrucción o el rescate, probablemente simbilizados por el crital roto y no por el cristal que falta en el camión. La paz de quien abandona, parcialmente quedará por siempre junto al objeto abandonado.