La IA tiene un fuerte potencial y ha empezado a ofrecer una amplia gama de opciones innovadoras en procesos de enseñanza y aprendizaje

Isabel Vargas González

Para muchos puede pasar desapercibido, pero, la inteligencia artificial (IA) es cada vez más evidente en nuestra vida cotidiana. 

Si usted ha escuchado de una asistente de voz llamada Alexa, de Amazon, se preguntará como es que está preparada para administrar su hogar con sólo darle algunas indicaciones, o cómo Siri, de Apple, obtiene nuevas capacidades asistenciales para usted con cada actualización de su sistema operativo.

Los asistentes de voz son algunos ejemplos de la forma en que la inteligencia artificial coexiste con nosotros, cada vez con mayor frecuencia.

El término de Inteligencia Artificial data del siglo pasado y fue acuñado por primera vez por el profesor de la Universidad de Dartmouth John McCarthy en el año de 1956.

Detrás de estas y muchas otras innovaciones hay modelos matemáticos complejos y algoritmos diseñados para seguir un conjunto de reglas que intentan emular una serie de procesos cognitivos similares a las actividades humanas. El área de las ciencias de la computación que enfatiza en la creación de máquinas inteligentes que funcionan o reaccionan como humanos se le conoce como Inteligencia Artificial.

La IA tiene un fuerte potencial y ha empezado a ofrecer una amplia gama de opciones innovadoras en procesos de enseñanza y aprendizaje.

El proyecto piloto First Class, de la Universidad Estatal de Pensilvania, ofrece un entorno inmersivo de experimentación para estudiantes de educación. Este proyecto presenta una clase con seis metahumanos o estudiantes virtuales y los aspirantes a profesionales de la educación pueden utilizar el movimiento, la voz y los gestos para interactuar ante los comportamientos de estos estudiantes virtuales.

También en el contexto de educación superior se están implementando proyectos para el desarrollo de carrera profesional utilizando la inteligencia artificial. 

Un sistema de IA puede ayudarle al estudiantado a discernir opciones de especialización profesional. La inteligencia artificial analiza los datos de los departamentos, con información como boletas de calificación de los expedientes estudiantiles y los requisitos de los puestos en las bolsas de empleo, construyendo modelos que evidencien un conjunto de habilidades necesarias para optar por un puesto laboral. A partir de esta información se pueden brindar recomendaciones muy específicas de las opciones de estudio a los y las estudiantes.

Los chatbot o agentes conversacionales inteligentes constituyen modelos de procesamiento de lenguaje natural e intentan simular a un ser humano en las conversaciones. Mediante la recopilación y evaluación de los datos se pueden obtener diagnósticos para el apoyo de la población estudiantil y actuar como un tutor inteligente en la redacción de ensayos, resolución de problemas matemáticos y otros.

Las aplicaciones de la IA en la educación parecen prometedoras, sin embargo, ha empezado a levantar las alarmas entre docentes cuando se percatan que el estudiantado aprovecha estas funcionalidades para obtener las respuestas de sus asignaciones.

El potencial que tienen estos sistemas es infinito y podría transformar la academia para bien o para mal.

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Isabel Vargas González cuenta con formación profesional en el campo de la orientación, del desarrollo curricular y la gestión de proyectos. Cuenta con más de 15 años de experiencia en el diseño curricular y es docente universitaria. Actualmente se desempeña como Directora de Innovación y Desarrollo Curricular en la Universidad Castro Carazo.