Hongos, ampollas, diversas lesiones y “pie de trinchera” son algunos daños que pueden enfrentar quienes dan pasos con calzado húmedo

(*) Por Ivan Batista

“Mantengan los pies secos la mayor parte del tiempo que puedan”, dijo el instructor de IASA SURVIVAL (https://iasasurvival.com/). Lo repitió varias veces y lo había dicho en clases, pero ya en la práctica de campo algunos estudiantes no recordaron las instrucciones y antes de recorrer un kilómetro ya habían metido sus botas en charcos de agua.

En la supervivencia en selva, así como en actividades de senderismo y trekking conservar los pies secos, es importante. Tener los pies mojados da inicio a una serie de incomodidades que se transforman en lesiones, que pueden llegar a ser graves e incapacitar al caminante; entre ellas, el denominado “pie de trinchera” (lea el recuadro: ¡Cuidado con el “pie de trinchera”!, ubicado al final de esta nota).

Escoger una bota o zapatilla para ser usados en selva requiere de saber algunos datos elementales.

  1. Compre siempre sus botas o zapatillas en la tarde, pues a esas horas del día los pies ya han retenido agua. Mídase el calzado en ambos pies y compre una medida más grande de la que usa, eso garantiza cero lesiones en la corona de los dedos.
  2. Hay botas diseñadas para ser usadas en la selva y hay zapatillas de
    trekking o de media montaña. En ambas el pie respira y cuando por alguna razón esa extremidad se mete en el agua y esta
    sobrepasa el nivel superior de la bota, el líquido es
    expulsado por compresión a través de pequeños orificios o a
    través del tejido. No use en el trópico ni en alta montaña botas o zapatillas selladas, pues estas retienen humedad y facilitan las
    lesiones por humedad en los pies.
  3. Las zapatillas de trekking y las de sendero que se venden como impermeables, lo son hasta que el agua cubre toda la pierna.
  4. Las medias de goretex y de algodón suelen retener mucha humedad. Lo mejor es usar calcetines de nailon que tengan menos del 40% de algodón.

Tener el interior del calzado mojado de dos a tres horas puede facilitar la aparición de hongos y causar lesiones en la piel de los pies, sobre todo en los bordes.

Comparto algunos consejos válidos para evitar lesiones por causa de la humedad que deja el agua al ser retenida en la bota:

  1. Evite todo lo que pueda pisar charcos de agua.
  2. Procure cruzar los pequeños riachuelos de manera que no se moje.
  3. Use medias de nailon en vez de calcetines de algodón.
  4. Puede probar a untar vaselina en la planta y bordes de los pies. También funciona una mezcla de cebo de Cuba mezclado a partes iguales con mentholatum o Vick Vaporub. Esta combinación repele la humedad y, a la vez, lubrica la piel.

Al llegar al sitio de descanso, quítese las botas y medias, cuélguelas de tal
manera que por gravedad destilen el agua que absorbe el acolchonamiento.

Mientras, vaya al río y lávese los pies con agua y jabón. Luego de secarlos, puede ponerles alcohol para eliminar la humedad y usar una crema fungicida para evitar los hongos en medio de los dedos.

Algunas otras lesiones provocadas por el calzado son las ampollas, las cuales pueden prevenirse de diferentes maneras:

  1. No use calzado de su talla, cómprelo una medida mas grande.
  2. Preste atención a su pie, si es ancho o de empeine alto. Esto es importante al momento de comprar calado, pues los fabricantes producen modelos con esas características.
  3. Si tiene una ampolla, no la rompa antes de llegar al sitio de descanso; una vez allí, lávela con agua y jabón, y luego aplique una crema a base de antibióticos.
  4. Para reanudar la marcha colóquese una curita grande que aisle la
    lesión.
  5. Las curitas líquidas son mucho más efectivas.
  6. Alguien en su momento probó que usar pantimedia de mujer es
    efectivo para evitar ampollas. Nunca lo he intentado, pero algunos amigos sí lo han hecho y les ha funcionado. Pero antes de usar esa prenda, enfóquese en su calzado; si es nuevo, úsale unas tres veces antes de emplearlo en una gran caminata, lo cual hace que sus pies se amolden a la forma del zapato.
  7. Al amarrar sus botas, no ajuste mucho los cordones que pasan sobre el empeine, pues eso puede provocar ampollas.

¡Cuidado con el “pie de tinchera”!

¿Qué es el pie de trinchera? Se trata de una afectación que se identificó en los soldados durante la Primera Guerra Mundial.
En ese conflicto bélico los soldados permanecían por muchos días en trincheras llenas de agua e inclusive a temperaturas muy bajas.
Una prolongada exposición del pie con una combinación de frío y humedad causa que la piel se debilite y ablande, lo que causa pequeñas heridas durante el roce con la bota. Debido a la humedad, la piel se abre y puede llegar a ocasionar una gangrena.
Los primeros síntomas aparecen en las primeras 12 horas: picazón, piel fría, entumecimiento, hormigueo. En las horas siguientes puede haber edema, piel roja (eritrocis) piel azulada (cianosis) y, en algunos casos, un sangrado leve.
Los primeros estudios decían que una de las causas que lo aceleraban era el uso de una bota muy apretada.
El tratamiento inicial es lavar los pies con agua y preferiblemente con un jabón antiséptico, remojarlos en agua tibia, secarlos y mantenerlos elevados. No deben ser frotados, ni ser puestos frente a fogatas o calor intenso.
El tratamiento prehospitalario conlleva administrar antibióticos, analgésicos y suero antitetánico.

(*) Ivan Batista es Maestro Instructor en Servicio de Búsqueda y Salvamento Aéreo (SAR) de Selva y Montaña, IASA SURVIVAL https://iasasurvival.com/