D despotricó contra el Estado; J, se opuso a la privatización del BCR; L, preguntó por qué los niños no tenían cubrebocas; Ñ, dijo que lo correcto es decir “niñes”; T, señaló al PAC como el culpable de los tarros, las ollas y los baldes, y X quiso crear nuevos héroes…

José David Guevara Muñoz

El reciente video de una banda escolar de la zona norte de nuestro país, cuyos instrumentos musicales son ollas, baldes y tarros, sirve para ilustrar lo complejo y laberíntico que se ha tornado eso que llamamos “realidad” y que podemos comparar con un abecedario compuesto por signos de insospechados sonidos e interpretaciones.

Me refiero a la grabación que nos mostró, el pasado 14 de setiembre, a un grupo de alumnos de la Escuela La Guaria, en Santa Rosa de Pocosol de San Carlos, quienes improvisaron tambores, bolillos y maracas con los recursos que tenían a mano en sus casas.

Fue así como en un abrir y cerrar de ojos, muchos utensilios de la cocina, la bodega y el taller se convirtieron en instrumentos de percusión.

La olla tiznada para cocinar arroz, el tarro abollado de la pintura y el balde para jalar agua formaron parte de los desfiles para celebrar, en ese rincón de Costa Rica, 201 años de vida independiente.

Vivimos en una Costa Rica en la que un videoclip como ese es capaz de producir múltiples reacciones en las redes sociales, pues cada quien lee el alfabeto de la realidad desde su escenario de vida, su entorno existencial. Ejemplifico (e incluso caricaturizo) esto con las siguientes actitudes y posiciones:

A celebró el ingenio de los niños y educadores de dicha escuela. Aplaudió emocionado la capacidad de imaginar, soñar, crear y transformar.

B se sintió triste, se le hizo un nudo en la garganta. Lo conmovieron las limitaciones económicas de las familias de aquellos escolares.

C se quitó el sombrero, en señal de respeto y admiración, ante un grupo de seres humanos que lejos de dejarse vencer por las carencias, encontró un camino para vencerlas.

D, enojado e irritado, despotricó contra la inoperancia de un Estado incapaz de brindarle iguales oportunidades a todos los habitantes del país.

E experimentó complacencia ante el hecho de que la cobertura periodística de los festejos patrios incluyera no solo a la GAM, sino también a muchos rincones de la nación no siempre tomados en cuenta.

F echó mano de su habitual discurso de lucha de clases. Habló de pobres y ricos, libres y esclavos, burguesía y proletariado, y otros conceptos similares.

G invitó a F a ir a echarse ese discurso en Cuba y Venezuela.

H se quejó de que lo que calificó como un intento malintencionado por echar a perder el espíritu festivo del momento, la alegría patria, con tomas tendientes a alimentar el fuego del descontento social.

I comentó que el video muestra una de las modas actuales: hacer bulla con lo que sea. “Lo importante hoy día no es sonar afinado ni armonioso, sino hacer ruido a toda costa”.

J aseveró que una de las razones por las que no hay que privatizar el BCR es porque este banco está dispuesto a patrocinar la banda de la Escuela La Guaria.

K afirmó que de no ser por la corrupción público-privada, habría suficientes recursos para que la Escuela La Guaria contara con una banda bien equipada.

L se rasgó las vestiduras y preguntó: “¿Por qué carajos esos niños no tienen los cubrebocas puestos?”

M creó y publicó un meme con una foto de la banda de escolares, que dice: “Sé que no me darás ‘like’ porque soy pobre”.

N, quien al parecer no se siente a gusto sin figurar ante las cámaras, grabó un video en el que comparte varias reflexiones mientras maneja su carro.

Ñ lamentó que en el cortometraje se vieran más niños que niñas. “Deberías escribir ‘niñes'”, comentó otra persona.

O argumentó que los alumnos de dicha escuela tendrían excelentes instrumentos si unos cuantos pastores donaran los diezmos con los que se enriquecen.

P se dio por aludido con el comentario anterior y contraatacó diciendo: “al menos esos niños no han sido víctimas de pedófilos”.

Q intervino en esa disputa planteando la siguiente pregunta: “¿Por qué pelean por cuestiones religiosas si Dios no existe?”

R aseguró estar dispuesto a comerse la bronca de equipar con instrumentos nuevos a la banda de Santa Rosa de Pocosol.

S salió en defensa del financiamiento a la educación pública.

T señaló al PAC como el culpable de los tarros, las ollas y los baldes.

U se quejó de tantos y diversos discursos en torno a la grabación. “¿De qué sirve tanta hablada si no hacemos nada por esos niños?”, preguntó.

V reflexionó sobre la importancia de ser felices con lo que se tiene, cualquiera sean las circunstancias.

W aprovechó la coyuntura para emprenderla contra la adicción a la tecnología, la cual -según mencionó- atenta contra la inventiva, fantasía y creación de los niños. Manifestó que infantes sin pantallas, como los escolares del video, están más propensos a explorar y descubrir.

X calificó de héroes a esos niños que son capaces incluso de tocar marchas patrias “con el agua y barro hasta las rodillas”.

Y invitó a emprender una campaña en pro de que la Municipalidad de San José nombre a esa banda de escolares como el mariscal del próximo Festival de la Luz.

Z recordó el valor de la tolerancia y el respeto a las opiniones ajenas, por más descabelladas que nos parezcan o por más incómodas que nos resulten.

José David Guevara Muñoz
Editor de Gente-diverGente