En memoria del barbero José Joaquín “Piquín” Alcázar Hernández

Por Alejandro Guevara Muñoz

Una buena parte de mi niñez y adolescencia la pasé junto a mis padres y hermanos en San Pedro de Montes de Oca, ahí cerca de la UCR, de pared de por medio de la pulpería de don Andrés y doña Blanca… más tarde Fito´s Bar.

Desde esos años en la década de los 70 he guardado muchos recuerdos, sobre todo de esos lugares con rostro, con nombre personal… esos tiempos cuando los barrios tenían rostros, nombres y apellidos… los Quirós, Rodríguez,
Castro, Soto, Hernández, Castro, Campos, Coto y los Valverde entre otros…


Unos de esos lugares eran la reparadora de calzado la Estrella, la barbería Rex, el abastecedor el Norte, panadería La Canela y la Puerta del Sol… hoy deseo recordar uno de esos lugares con rostro y apellido: la famosa barbería Alcázar, mejor conocida como la barbería de Piquín y el nombre de pila de su dueño, José Joaquín Alcázar Hernández…


Muchas veces me gusta cerrar los ojos y hacer viajes a los recuerdos, escuchar las voces de esos lugares con rostro… en esa barbería huelo la colonia 4711, la espuma de afeitar, el café siempre dispuesto para la clientela, escuchar las tijeras con su canto chick, chick, chick cortando y cortando… sentir los paños calientes sobre la barba y lo mejor escuchar la voz de los clientes comentando el último partido de futbol del fin de semana, ponernos al día con las noticias de política y los mejores chistes… sigo con los ojos cerrados y veo en mis recuerdos los sillones rojos para los clientes y sus brazos de madera… sillas de barbería, de las originales o clásicas… forro o tapizado rojo, braceras, un estribo para apoyar los pies y con capacidad de ponernos tanto verticales como horizontales… mientras nos ponían más guapos teníamos a disposición todos los periódicos del día y una buena pantalla de TV con los partidos de futbol de las ligas europeas…


Piquín y su hijo Cristian siempre contando historias, compartiendo fotografías antiguas de San Pedro o San José… sin duda Piquín era el rostro y la voz de este lugar con fragancia a largas conversaciones, chistes y cuentos… siempre con unos buenos días, luego ofrecía los periódicos mientras esperabas el turno para el corte de pelo o barba… siempre al final del corte de cabello había un dispensador de chupachupas o caramelos de dulce de leche, por lo general mi hija era quien escogía el dulce…


Nuestro amigo Piquín decidió seguir el viaje eterno y se despidió de esta tierra el pasado 20 de
noviembre, viajó con sus tijeras y peine negro, nos dejó un San Pedro lleno de buenos recuerdos,
en mi caso cuarenta y ocho años de ser cliente de su barbería…


Barbería Piquín… de esos lugares con rostro y apellido

Alejandro Guevara Muñoz cuenta con más de 28 años de experiencia en temas de mercadeo, fundraising, desarrollo humano y comunitario, DDHH de la niñez, estrategia, sostenibilidad y Habilidades para la Vida.