Nunca hay que entrenar sin contar con un reconocimiento médico previo y sin ponernos en manos de profesionales de la actividad física. Esto es fundamental

Por Gabi Fagoaga (*)

Lo recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS):

“Se aconseja a los adultos que dediquen entre 150 y 300 minutos de actividad aeróbica de moderada a vigorosa cada semana, incluidos quienes tienen alguna enfermedad crónica o discapacidad, y a los niños y a los adolescentes que lo hagan una media de 60 minutos al día”.

Con mayor razón tenemos que seguir ese consejo los aficionados a actividades en la naturaleza como la supervivencia, al bushcraft y ni qué decir tiene si somos capacitadores.

El primer beneficio que viene a mi mente, y no por eso el más importante, es el hecho de que estar en buena forma nos permite disfrutar mucho más de las actividades que realicemos en el medio natural. La naturaleza no es un lugar donde todo está a la mano, plana y sin obstáculos; todo lo contrario, es terreno duro, posiblemente sea ese uno de sus atractivos.

Prueba de lo anterior, la labor de montar un refugio. En este caso no sucede como con los muebles marca IKEA, cuyas partes vienen en un solo paquete y con manual de instrucciones para el ensamblaje de las piezas; en la naturaleza hay que elegir el lugar correcto, buscar las ramas y troncos adecuados, cortarlos y montarlos, lo que implica un desgaste físico.

Contar con una mejor preparación física nos permitirá disfrutar más de esa actividad, puesto que si al primer tronco que hemos cortado nuestro brazo ya está para dejarlo en reposo el resto del día y hemos de seguir es esas condiciones ese cansancio puede llevarnos a cometer errores y a lesionarnos.

Una mala condición física convierte a una actividad planeada para pasarlo bien en un infierno del que ni el mismísimo Rambo saldría airoso. 

Muchas actividades en la naturaleza se llevan a cabo en lugares agrestes, zonas donde el acceso no es fácil, lo cual implica caminar bastante y cargar nuestro equipo… ¡esencial gozar de una adecuada resistencia cardiovascular!

Segundo beneficio: la prevención de lesiones que pueden transformar una agradable incursión en la naturaleza en un verdadero caso de supervivencia.

Un cansancio muy agudo fácilmente nos conduce hacia lesiones musculares o de articulaciones, lo que en algunos casos se traduce en una rotura muscular, una dislocación o hasta una fractura ósea.

Tercer beneficio. Gozar de una excelente condición física hace que podamos ejecutar mejor las tareas de autorescate en caso de accidente.

Existen diversos sistemas de entrenamiento basados en las enseñanzas de Hébert, MovNat o el español Paleotrainnig, métodos adecuados pues se realizan en contacto con la naturaleza (no se trata de simulaciones).

Muy importante: nunca hay que entrenar sin contar con un reconocimiento médico previo y sin ponernos en manos de profesionales de la actividad física. Esto es fundamental.

Llegamos al cuarto beneficio: Una adecuada condición física nos permite ser más conscientes de lo que podemos hacer y de aquello que debemos abstenernos; en las sesiones de entrenamiento experimentamos con sensaciones que nos ayudan a ver nuestros límites físicos, lo que nos permitirá discernir y evitar sobre el terreno riesgos o peligros innecesarios.

Quinto y último beneficio. Tener una buena condición física que nos permita disfrutar de actividades placenteras en la naturaleza, abre espacios para la interacción con amigos o desconocidos que comparten algunos de nuestros gustos e intereses. Esto nos reportará beneficios a nivel social, personal y de bienestar psíquico.

Cuando a uno u otro miembro del equipo, le falla -por el motivo que sea- motivación o ganas, los compañeros de fatigas tiran de él para seguir con las sesiones de trabajo, ya que la constancia y la perseverancia son claves para el éxito y la obtención de buenos resultados.

Asimismo, el hecho de entrenar con compañeros de aventuras nos permite conocer sus límites y entonces no forzar a nadie más allá de estos.

En fin, cinco beneficios de invertir en la preparación física. No queda más que ponerse a entrenar.

Gabriel Fagoaga Ballester, español, es instructor en IASA Survival (Asocación internacional de Supervivencia): https://iasasurvival.com/