La pandemia muestra el potencial del talento nacional para la innovación público y privada a través del diseño y desarrollo de diversos equipos médicos

Por Aitor Llodio (*)

El COVID-19 puso en jaque los sistemas de salud de países en desarrollo y avanzados, puso en estado de coma a la economía nacional y la mundial.  Se estima que no recuperaremos los niveles del PIB global en al menos 5 años, aunque algunas voces más pesimistas auguran que tomara una década.

En Costa Rica, el virus paralizó el turismo que es uno de los sectores económicos más importantes del país, y producto de ello, la tasa de desempleo aumentó en los últimos meses del 14% al 24%.

La reactivación económica es prioridad, pasa por mantener el empleo y la supervivencia de las pequeñas y medianas empresas en el país. Muchas de estas son parte importante de cadenas de valor como la del turismo, el sector agro y ciencias de la vida.

En ese último, Costa Rica es un hub mundial, albergando más de 90 empresas líderes, incluyendo 6 de las 20 empresas más grandes de dispositivos médicos en el mundo. El impacto de este sector en la economía nacional podría aumentar significativamente a través de la generación de nuevos productos y servicios promovidos a través de alianzas entre instituciones públicas, las empresas, la academia y organizaciones de la sociedad civil.

Las alianzas público privadas en el sector salud no son nuevas en Costa Rica. A finales de los 80 la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) impulsó las cooperativas de servicios de salud con el objetivo de desarrollar un nuevo modelo de atención en salud centrado en la atención integral con énfasis en acciones de promoción y prevención, fundamentada en la estrategia de atención primaria. 

Lo que inició con CoopeSalud RL en Pavas evolucionó a un modelo costo efectivo que hoy opera a través de un convenio entre las CCSS y proveedores de salud privados tales como COOPESIBA, COOPESALUD, COOPESAIN, COOPESANA y ASEMECO. Bajo esquemas de prestación descentralizados se ofrecen  servicios de salud en 164 de los 1º094 EBAIS del país, beneficiando a cerca de 600.000 personas.

Desde entonces se impulsa una gran gama de alianzas público privadas no contractuales, como las realizadas por el sector de la caña en la lucha contra las enfermedades renales crónicas con un liderazgo destacado del Ingenio Taboga, que permite reducir los niveles de estas enfermedades a la vez que se mantiene la población trabajadora sana y productiva gracias a estrictos protocolos de salud e hidratación.

En el 2006 se implementó el Programa Manitas Limpias con el que la CCSS, el Ministerio de Educación Pública, Colgate-Palmolive y Punto Rojo, se propusieron reducir las enfermedades respiratorias, diarreicas y otras de tipo infecciosa, realizando diversas campañas de concientización para escolares, adultos mayores y población en general. Esto sirvió de ejemplo y guía para implementar el correcto aseo de manos durante la pandemia y a su vez, reducir los casos de enfermedades virales.

“Costa Rica tiene la oportunidad de transformarse en un Sillicon Valley de las ciencias de la vida, y generar cientos de nuevos empleos de calidad”.

Aitor Llodio, Director ejecutivo de ALIARSE

La alianza ALSALUS entre la CCSS, AutoMercado, Hospital Clínica Bíblica y la Fundación ALIARSE se enfoca en atender a mujeres entre 45 y 69 años, en zonas geográficas de difícil acceso, para realizar mamografías y detectar de manera temprana el cáncer de mama. Hasta la fecha, se han realizado más de 43.500 mamografías, y gracias a la atención temprana de casos positivos o bajo sospecha, se ha brindado atención oportuna a más de 450 mujeres.

Estos esfuerzos podrían potenciarse si somos capaces de identificar problemas de salud no resueltos donde las alianzas publico privadas promuevan el planeamiento de estrategias sanitarias y acciones de promoción de la salud y de la prevención de las enfermedades que ocurren con mayor frecuencia en el país.

Durante la pandemia se han potenciado las alianzas público privadas en el ámbito de la salud, siendo la donación de kits y equipos de prueba, equipos de protección, el transporte de medicamentos a pacientes crónicos o el transporte de pacientes con cáncer a la terapia algunas de las iniciativas más conocidas.

La pandemia muestra el potencial del talento nacional para la innovación público y privada a través del desarrollo de ventiladores manuales; el diseño, evaluación y producción de equipo de protección personal; el diseño y producción de hisopos para la toma de muestras respiratorias, e investigaciones relacionadas con terapias médicas con suero equino, así como el desarrollo de medicamentos antivirales.

Para llevar estos procesos a escala e incentivar y reforzar la generación de innovación para la salud en el tiempo, será necesario el liderazgo político y empresarial que fomente la inversión para la innovación en el país, y la identificación de áreas prioritarias para el desarrollo de proyectos de interés público privado.

Adicionalmente, se deben superar desafíos como el exceso de burocracia en procesos críticos, fortalecer la capacidad de investigación en algunas instituciones públicas y priorizar recursos para el desarrollo de proyectos público privados.

Costa Rica tiene la oportunidad de transformarse en un Sillicon Valley de las ciencias de la vida, y generar cientos de nuevos empleos de calidad, hoy por cierto más necesarios que nunca.

Para ello debe crear un ecosistema adecuado para generar diseños colaborativos e innovación a través de investigación biomédica y farmacéutica con la articulación y la colaboración de instituciones públicas, academia, empresa, así como organizaciones de pacientes y de la sociedad civil. ¡El futuro está en nuestras manos!

(*) Aitor Llodio es Director Ejecutivo de ALIARSE, la organización promotora de las alianzas público privadas para el desarrollo de Costa Rica. Aitor es consultor asociado senior de The Partnering Initiative (Reino Unido) y ha sido consultor en temas de alianzas público privadas para el BID, OECD, GIZ, UICN entre otros. Tiene una Maestría en Evaluación y Gestión Ambiental de la Universidad de Oxford Brookes, Reino Unido.