Conozca 7 acciones que podemos realizar para fortalecer el pensamiento flexible que nos ayuda a adaptarnos a la modernidad líquida

Luis Alonso Arrieta Ávila

Los líquidos pueden cambiar de forma según el espacio disponible y no se mantienen igual por mucho tiempo.

Por su parte, los sólidos se caracterizan por su resistencia al cambio de forma o volumen, ya que sus partículas se encuentran juntas y ordenadas de una manera específica, lo que les permite adoptar formas bien definidas.

El filósofo y sociólogo Zygmunt Bauman usó estas características como metáfora para acuñar el término “modernidad líquida” para referirse a los tiempos de incertidumbre y cambio constante en los que nos encontramos actualmente, contrario a la “modernidad sólida” aquella donde todo era estable, certero y predecible.

Para este autor, la principal característica de la modernidad es que es difícil pronosticar cómo se comportará y eso hace que nos sintamos impotentes. Los hechos nos toman por sorpresa: la información, las tecnologías, los trabajos… Todo cambia muy rápido.

Esto implica que, para poder adaptarnos a esta modernidad líquida, debemos tener la misma capacidad de adaptación. Es decir, debemos desarrollar un pensamiento flexible que nos ayude a pensar de maneras nuevas o diferentes, a resolver problemas y a incorporar nuevas estrategias en nuestro día a día.

Todas las personas contamos con un pensamiento flexible, que se puede volver más rígido según nuestras experiencias, aprendizajes y contexto. Sin embargo, existen 7 acciones que podemos realizar para continuar fortaleciendo este tipo de pensamiento:

1. Ver el mundo desde las relaciones: Todo en nuestro mundo está interconectado y somos parte de una gran red en cada acción que realizamos puede tener un efecto en nosotros mismos, en las demás personas y en nuestro ambiente. Contar con esta visión sistémica nos ayuda a sobrepasar la visión lineal de “causa – efecto”, y entender que una situación puede tener múltiples causas y repercutir de muchas maneras diferentes. 

2. Practicar la empatía: Para ser flexibles y adaptarnos, debemos empezar por visibilizar y celebrar las diversas experiencias e historias que existen en el mundo. Es desde estas diferentes miradas que podemos aprender y conocer realidades que tal vez no conocemos. Debemos pasar de la idea de tolerancia a un respeto sincero y empático, donde realmente escuchemos a las demás personas y entendamos no solo sus mensajes sino sus contextos. Es decir, el pensamiento flexible es una ruta hacia la construcción de una cultura de paz.

3. Tener cuidado con las “cámaras de eco”: Según el autor Eli Parisier, las “cámaras de eco” son un fenómeno que pasa en redes sociales cuando estamos expuestos a noticias, comentarios o publicaciones con los que estamos de acuerdo, y que puede distorsionar nuestra percepción de la realidad al pensar que todas las personas de mi red piensan igual que yo o que mis ideas son correctas, cuando en realidad, el algoritmo de la red social solo me muestra contenido según mis búsquedas y puede dejar de lado otros puntos de vista diferentes al mío (filtro).

4. Identificar mis herramientas: Para fortalecer nuestro pensamiento flexible, debemos identificar nuestras fortalezas (habilidades, intereses, recursos, estrategias personales, etc.) y también identificar nuestra red de apoyo. Ante una situación inesperada, esta red nos ayudará a afrontar ese momento.

5. Variar nuestra rutina: Nuestro pensamiento se flexibiliza a medida que tenemos nuevas experiencias o buscamos nuevas maneras de realizar acciones que ya son cotidianas para nosotros. Cambiar algunos aspectos de nuestra rutina como el trayecto de viaje al trabajo o desarrollar las actividades diarias en otro orden al usual nos pueden ayudar a tener más apertura a los cambios.

6. Generar nuestros propios rituales: Un elemento importante dentro de la práctica de la flexibilidad, es poder contar con elementos que nos sean familiares y nos sirvan de “ancla” en el medio de la adaptación, por ejemplo: iniciar nuestros días con una meditación, un desayuno en familia o haciendo ejercicio como una práctica rutinaria. Aunque pueda parecer contradictorio con el punto anterior, contar con un elemento o práctica “familiar” en nuestro día a día, nos puede ayudar a mantener esa flexibilidad sin perder nuestra “estabilidad”.

7. Ser estudiantes permanentes: Finalmente, fortalecer nuestro pensamiento flexible implica estar conscientes de que aprendemos a lo largo de nuestra vida, no solo de procesos de educación formal, sino de experiencias informales y de nuestras relaciones con otras personas. Estar actualizándonos constantemente implica no solo aprender nuevos saberes, sino también repensar nuestros pensamientos y prácticas, así como compartir nuestras experiencias con las demás personas.

Luis Alonso Arrieta es Gestor de Calidad en la Universidad Castro Carazo.

Referencias:
-Arrieta-Ávila, L.A. (09 de marzo de 2023) Pensamiento flexible hacia una cultura de paz. En Disrupciones Diálogos sobre Docencia. (Vídeo de YouTube). Universidad Castro Carazo. San José, Costa Rica. Consultado del sitio: https://www.youtube.com/watch?v=iIHWudkQVUU
-Bauman, Z. (2011) Retos de la modernidad líquida en la educación. Conferencia Anual del Coimbra Group. Padua, Italia. Consultado del sitio: http://www.padovauniversitypress.it/system/files/attachments_field/liquidmodernchallengesbauman.pdf
-Ortiz, A.; Vega, I. (19 de octubre de 2022) Pensamiento flexible. En Disrupciones Diálogos sobre Docencia. (Vídeo de YouTube). Universidad Castro Carazo. San José, Costa Rica. Consultado del sitio: https://www.youtube.com/watch?v=NgPmBBtp7yc&t=1s 
-Pariser, E. (2011) Cuídate de los “filtro burbuja” en línea. TED. Consultado del sitio: https://www.ted.com/talks/eli_pariser_beware_online_filter_bubbles
-Porcheddu, A. (2007) Entrevista sobre educación a Zygmunt Bauman. Desafíos pedagógicos y modernidad líquida. Propuesta Educativa, N°28; pp. 7 – 18. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Buenos Aires, Argentina. Consultado del sitio: https://www.redalyc.org/pdf/4030/403041700003.pdf
-Universidad Castro Carazo (2018) La universidad como comunidad de aprendizaje: El modelo Educativo. En la serie Hacia la Ecoformación. Universidad Castro Carazo. San José, Costa Rica. Consultado del sitio: https://www.castrocarazo.ac.cr/web/sites/default/files/no._1_-_la_universidad_como_comunidad_de_aprendizaje_el_modelo_educativo.pdf