Entrega 2 (de un total de 21)
Mañana: Contesta una economista

Porque todos observamos y analizamos diferente… A partir de esta realidad, Gente-diverGente invitó a 21 personas a expresar por escrito, y con absoluta libertad, lo que una misma fotografía (un viejo camión abandonado) les dice o sugiere.

21 en el 2021 es el nombre de esta iniciativa que celebra la diversidad y multiplicidad de visiones, análisis y perspectivas que coexisten en la sociedad y nos permiten tratar de armar el complejo rompecabezas del entorno.

Le toca el turno hoy, en este ejercicio de pluralidad, a Juan Bernardez, un estratega en planeamiento e investigación no tradicional.

Negociar con la realidad

Una vez escuché una entrevista a Nolan Bushnell, el fundador de Atari, en la que contaba las penurias económicas del inicio de la compañía. En aquellos tiempos, donde —con una familia a cargo —se había convertido en un emprendedor casi sin ingresos, tuvo muchas ofertas para vender Atari por miles de dólares. De verdad, el tipo la pasó mal por mucho tiempo, y esos miles le hubieran ordenado la vida, pero siempre dijo que no.

En ese momento, el periodista le preguntó “¿Cómo resistió la tentación?” A lo que Nolan respondió que no le fue difícil. Él sentía que las negociaciones eran un diálogo de locos. Sostenía que quienes le ofrecían este dinero no entendían qué estaban comprando realmente, y que él sabía que lo que había creado valía millones. Nolan siempre respondía que quería $30 millones por Atari y la contestación de la contraparte se repetía: que $30 millones era una locura, que fuera razonable, que tratara de acercar las posiciones. Que intentara negociar.

Al escuchar esto, el presentador se rió —por la distancia entre las cifras— y puso una mueca avalando la “razonabilidad” que pedían sus negociadores. En ese momento Nolan, frenó el relato y dijo algo que me pareció brillante: “Ellos creían que estaban negociando, pero yo sabía que no. Con el presente y con la realidad no se negocia.” Cuatro años más tarde, Nolan vendió su compañía a Warner por $31 millones.

¿Era Nolan un visionario por no vender? ¿Entendía algo del futuro que el resto no? Creería que no. Más bien, creo que entendía el presente y sus “negociadores” no. Nadie le ofrecería hoy $1.000 a Elon Musk por Tesla. Básicamente, porque entendemos y aceptamos el presente.

Cuando explotó la pandemia todos perdimos el control. En todos los ámbitos. Y acto seguido, intentamos tomar las riendas como pudimos. Al principio, empezamos a llamar “nueva normalidad” a algo que no conocíamos en lo más mínimo. Porque como reza el libro “El Secreto” (también conocido como la biblia de los que negocian con la realidad 😊) si lo enuncias o repites mucho quizás sucede. Entonces, a llamarlo “normal” para ver si ocurre. Pues no.

“Negociar con la pandemia discursivamente es como hacer “la ola” en el estadio. Por un rato se siente bien…”.

Juan Bernardez, Chief Strategy Officer (CSO) | White Rabbit FCB/Crea.

Negociar con la realidad es siempre un mal negocio. O un negocio que nunca ocurre. La idea de que la enunciación —la puesta en verbo— genera realidad, es un concepto muy Freudiano. Siguiendo esta premisa la gente elabora sus vivencias hablando en divanes de todo el mundo. Poner en palabras la realidad es sin dudas crear, pero esto esconde un truco. El discurso genera realidad, pero no toda la realidad se genera con discurso. Y menos aún con un solo discurso.

Negociar con la pandemia discursivamente es como hacer “la ola” en el estadio. Por un rato se siente bien. Como si pudiéramos mover algo más grande que nosotros mismos. Como si no fuéramos realmente limitados en nuestro poder. Pero al salir del estadio, la implacable física de la “presa humana” de la fila de salida, se encargará de hacer un show humorístico con nuestros delirios de grandeza.

Cuando se negocia con la realidad, el problema no es la respuesta, sino la pregunta. En este caso no se trata de entender “cómo transformar el presente” —por definición imposible— sino cómo trabajar con él. Cómo compensarlo.

Compensar es un negocio mucho más noble, honesto, y sobre todo posible. Compensar es aceptar lo existente, incorporarlo y trabajar con los espacios disponibles. Si la primera pregunta es ¿cómo compensar lo que ocurre?, quizás eso nos lleve a entender que lo que ocurre es pérdida, y que la pérdida además de malestar y nostalgia, genera espacio, oportunidad y oxígeno.

Entender el presente como pérdida y como el espacio que esta deja, es poder empezar a trabajar con él, y sobre todo entender que el único camino es hacia delante y a través.

Juan Bernardez es estratega en Planeamiento Estratégico e Investigación no tradicional. Chief Strategy Officer (CSO) | White Rabbit FCB/Crea.

¿Y a usted qué le dice la foto del camión?
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