Video: Apariencia y Realidad
Apariencia y Realidad son gemelas, pues nacieron del mismo parto, mas no son idénticas a pesar de que en ocasiones se las confunde.
José David Guevara Muñoz
Editor de Gente-diverGente
Periodista independiente
Apariencia y Realidad son gemelas, pues nacieron del mismo parto, mas no son idénticas a pesar de que en ocasiones se las confunde.
José David Guevara Muñoz
Editor de Gente-diverGente
Periodista independiente
O lo que es lo mismo: cómo se echan a perder las ventajas comparativas.
José David Guevara Muñoz
Editor de Gente-diverGente
Periodista independiente
El fuego sirve para explicarlos.
José David Guevara Muñoz
Editor de Gente-diverGente
Periodista independiente
¿Nos alegra e inspira o despierta en nosotros reacciones negativas?
José David Guevara Muñoz
Editor de Gente-diverGente
Periodista independiente
“¿Cómo es posible que un medicamento, el mismo, en Panamá, en Nicaragua, en México o en España, cueste una cuarta parte de lo que ustedes cobran aquí en Costa Rica?”
La pregunta la hace el periodista José Luis Valverde Morales como seguimiento al tema que abordó el 2 de marzo pasado en Gente-diverGente: “¿Por qué los medicamentos serán tan inmoralmente caros?”. Aquí el enlace: https://gente-divergente.com/por-que-los-medicamentos-seran-tan-inmoralmente-caros-en-costa-rica/
Desde El Chiverral, San Antonio de Escazú, José Luis Valverde Morales, cuidador de casas, lechero, cogedor de café en su natal Escazú, licenciado en Ciencias de la Comunicación UCR, expresidente Colegio de Periodistas de Costa Rica, exdirector de comunicación CCSS y Presidencia de la República, expresidente Asociación Solidarista de la CCSS.
Tengo en mente, en primer lugar, a El principito escrito y dibujado por el aviador y escritor francés Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), personaje literario que nos recuerda algunas características de los seres humanos, como la vanidad, el abuso del poder, los círculos viciosos, las acciones irracionales y la incapacidad de ver más allá de lo que tenemos a simple vista.
Al parecer, el protagonista de esa historia corta publicada por primera vez en abril de 1943 provenía del Asteroide B-612, “un planeta apenas más grande que él”.
Un “hombrecito”, a final de cuentas, que deja al desnudo actitudes, motivaciones y comportamientos de adultos, pero también alguien capaz de mostrarse vulnerable, pues llora, teme, duda, sufre, experimenta la nostalgia y se atormenta con culpas y pensamientos.
En segundo lugar, tengo en mente al príncipe Enrique, duque de Sussex, el menor de los hijos de Carlos, príncipe de Gales, y Diana, princesa de Gales; el nieto de la reina Isabel II y Felipe de Edimburgo. Algo así como un principito -en este caso, real- a pesar de sus 36 años.
Hace pocos días encendió el enojo de algunos ciudadanos de los Estados Unidos (país en el que vive con su esposa Meghan de Sussex tras renunciar a sus deberes reales) al criticar la Primera Enmienda de la Constitución Política de esa nación.
Se trata de un Derecho adoptado en principio el 15 de diciembre de 1791 y que se aplica a las leyes estatales desde 1925. Establece las libertades de religión, expresión, prensa, reunión y de presentar peticiones al gobierno.
Pues bien, con sus críticas a la Primera Enmienda, a la que calificó de “locura”, el príncipe Enrique se ganó el repudio de ciudadanos y figuras públicas estadounidenses. Entre ellas, el senador republicano Ted Cruz.
“Defiendo a capa y espada la libertad de expresión cuando soy yo quien lanza críticas sobre el tema que sea, pero exijo respeto y me muestro ofendido cuando otros cuestionan mis ideas, creencias y gustos”.
Entonces, me pregunto, ¿qué pasó con la libertad de expresión que establece la Carta de Derechos? ¿Por qué tanta ira en contra de alguien que expresa una opinión? ¿Acaso la molestia de los indignados, muchos de los cuales invitan al príncipe a irse de EE. UU., no resulta más ofensiva para la Primera Enmienda que las declaraciones de Enrique?
Además, estamos hablando de un país que un día sí y otro también se inmiscuye en asuntos de otras naciones y que en múltiples ocasiones ha actuado de manera unilateral como fiscal, juez y verdugo del mundo por encima de una institucionalidad internacional que se ha forjado con esfuerzo y sacrificio después de la II Guerra Mundial.
¿Entonces?
Me parece que el caso de este principito británico desnuda otro rasgo de la condición humana: defender a capa y espada la libertad de expresión (consagrada también en La Declaración Universal de Derechos Humanos) cuando soy yo quien lanza críticas sobre el tema que sea, pero exigir respeto y mostrarme ofendido cuando otros cuestionan mis ideas, creencias y gustos. Somos seres inconsistentes.
Ejemplo de esa endeblez fue lo ocurrido en Costa Rica entre los feligreses de dos grupos religiosos durante la pasada campaña electoral: risas y aplausos ante los chistes y comentarios que se burlaban de algunas prácticas de uno de los bandos, pero indignación y consternación cuando se ponían en tela de duda mis ritos o convicciones. Incoherencias en ambas aceras.
Algo similar sucede, en especial en las redes sociales, cuando abordamos otros temas controversiales. Como nos molesta que alguien piense diferente, confronte mis posiciones, ponga en entredicho mis convicciones, se resista a dejarse uniformar el pensamiento y vea la realidad con otros ojos, lo señalamos, atacamos y discriminamos.
No soy admirador ni devoto de coronas y realezas, pero sí celebro la existencia de principitos que contribuyan de alguna u otra manera a desnudar la contradictoria condición humana.
José David Guevara Muñoz
Editor de Gente-diverGente
Periodista independiente
Resulta fácil lanzar la red, el anzuelo o la nasa en un mar de puntos de vista similares, pero todo un reto practicar ese tipo de pesca en un océano de apreciaciones diferentes
En el prólogo de su novela Cronomoto, el escritor estadounidense Kurt Vonnegut (1922-2007) recuerda que en 1952 la revista Life publicó el relato El viejo y el mar, de Ernest Hemingway, una historia sobre Santiago, un viejo pescador cubano que tenía ochenta y cuatro días de no pescar absolutamente nada.
Sin embargo, se hace de nuevo a la mar y logra atrapar un enorme marlin (un pez que puede llegar a tener una longitud 4,5 metros y pesar más de 900 kilogramos) que amarra a su bote, pero antes de regresar a tierra firme los tiburones arrancan toda la carne y dejan únicamente el espinazo.
Cuenta Vonnegut, autor de Matadero cinco, La cartera del cretino y Cuna de gato -entre muchas obras- que en aquel entonces él vivía en Barnstable Village, Cape Cod, en donde tenía un vecino que trabajaba como pescador y a quien acudió para pedirle su opinión sobre la historia escrita por Hemingway (premio Nobel de Literatura 1954).
“Me dijo que el protagonista era un idiota. Tendría que haber cortado los mejores trozos de carne para guardarlos en el fondo del bote dejando el resto para los tiburones”, rememora Vonnegut.
Leí ese prólogo hace pocos días y me gustó encontrar una perspectiva diferente de El viejo y el mar. No sé cuántas veces he devorado esa historia y disfrutado de las películas producidas en 1958, con la actuación estelar de Spencer Tracy, y 1990, protagonizada por Anthony Quinn, mas nunca se me había ocurrido pensar como el pescador vecino de Kurt Vonnegut.
Sí, jamás una crítica como esa había pasado por mi mente ni se la había escuchado o leído a alguien más. Lo cierto es que enriqueció mi visión sobre el famoso libro de Hemingway, me ayudó a ampliar horizontes, sumar perspectivas.
Puede que en efecto Santiago se haya equivocado al enfrentar a los depredadores a garrotazos (con los remos) y puede ser ser también que a pesar de los años de experiencia no haya tomado las precauciones del caso. Y puede que haya muchas otras opciones…
“De mi padre aprendí que quienes tienen opiniones distintas u opuestas a las mías son personas que han caminado sobre otros caminos y subido otras cuestas, y, en consecuencia, poseen otras visiones”.
Esta experiencia me indujo a reflexionar en torno al difícil arte de pescar opiniones divergentes. Capturar criterios dispares es una actividad o actitud que demanda perseverancia, aptitud y destreza para llegar a ser un maestro (yo apenas soy un alumno torpe, pero abierto a aprender).
Fácil, sumamente sencillo, lanzar la red, el anzuelo o la nasa en un mar de puntos de vista similares, pero todo un reto practicar ese tipo de pesca en un océano de apreciaciones diferentes, análisis múltiples, juicios diversos.
Esa tarea se torna aún más complicada cuando nos rodeamos única y exclusivamente de pescadores que piensan como nosotros y a quienes también les gusta probar suerte solo en determinadas aguas, especialmente serenas, pues huimos de las corrientes turbias y los rápidos.
Peligrosos, en este sentido, los algoritmos de las redes sociales que nos llevan a formar parte de comunidades donde -en términos generales- se razona más o menos igual. Eso puede contribuir a formar enclaves cuyos miembros se creen dueños de la verdad pues la mayoría ve el mundo como yo.
De mi padre aprendí que quienes tienen opiniones distintas u opuestas a las mías no son “enemigos”, vendepatrias” o “imbéciles”, sino seres humanos con otras experiencias y aprendizajes, gente que ha recorrido otros caminos y subido otras cuestas, y, en consecuencia, posee otras visiones.
Del prólogo escrito por Vonnegut me aparto de la arrogante idea de llamar “idiota” a quien no actúa o piensa como yo; sin embargo, tomo nota de que no existe una única vía para enfrentar los desafíos y problemas.
¿Qué le parece si dejamos de lanzar las redes, nasas y anzuelos en las mismas aguas de siempre?
José David Guevara Muñoz
Editor de Gente-diverGente
Periodista independiente
“Me cuido por mí”: evento digital que realizará Voces Vitales de Costa Rica el viernes 28 de mayo con expositor@s autorizad@s en materia de bienestar sexual, emocional, físico y financiero
Conozca la agenda de la actividad e ingrese al enlace que le permitirá inscribirse de manera gratuita
Les presento a tres mujeres que asumieron con valor y determinación el compromiso de hacerse cargo de sus vidas y cumplir sus sueños a pesar de las adversidades, injusticias, inequidades y circunstancias culturales que las oprimían: Smita, en la India; Giulia, en Italia, y Sarah, en Canadá.
Ellas son las protagonistas de la novela La trenza, de la escritora francesa Laetitia Colombani (1976), donde se relatan y entretejen historias de luchas libradas en pro del bienestar físico, mental y financiero. Todas son batallas por la dignidad, la esperanza y la realización personal.
Smita se esfuerza para que su hija estudie y no tenga que seguir sus pasos: recoger cada día las deposiciones digestivas de personas que forman parte de una casta superior.
Giulia afronta con coraje la crisis que embiste a los suyos cuando se descubre que el negocio familiar (un taller donde se fabrican pelucas) se encuentra al borde de la quiebra.
Sarah, abogada, lleva una vida llena de pérdidas y sacrificios, la cual se complica todavía más cuando deja de ser un activo valioso para la empresa debido a un cáncer de mama. De la noche a la mañana pierde el respeto de quienes la admiraban.
Ninguna de ellas se rindió. Ninguna de ellas cedió el control del timón de su existencia. Ninguna de ellas se victimizó. Ninguna de ellas pretendió traspasarle los desafíos de sus cargas a alguna otra persona o institución. Cada una de ellas asumió su responsabilidad, su destino.
Se trata, sin duda alguna, de tres seres humanos cuyas experiencias de vida honran con creces la celebración del Día Internacional de la Acción por la Salud de las Mujeres, el cual tuvo su origen el 28 de mayo de 1987 durante una asamblea denominada Red Mundial de Mujeres por los Derechos Sexuales y Reproductivos.
Desde entonces, la conmemoración de ese día tiene lugar cada 28 de mayo. Por esta razón, el capítulo de Voces Vitales de Costa Rica realizará el evento digital Me cuido por mí el viernes de la próxima semana, desde la 1:00 p.m. hasta las 6:00 p.m.
Esta es una organización sin fines de lucro en la que se identifica, invierte y visibiliza a las mujeres para que desarrollen su potencial de liderazgo. Fue fundada, a nivel global, por dos estadounidenses: Hillary Clinton, exPrimera Dama, y Madeleine Albright, exSecretaria de Estado, y está presente en 146 países bajo el lema “Invertir en la mujer transforma el mundo”.
La actividad se desarrollará mediante conferencias y conversatorios en los que participarán voces autorizadas en materia de salud sexual, emocional, física y financiera, tal como se aprecia en la siguiente agenda (a la que también puede ingresar por medio de este enlace: https://forosyeventos.com/wp-content/uploads/Agenda-Me-cuido-por-mi-28052021.pdf):
De acuerdo con las organizadoras, “el evento brindará contenido utilitario a las mujeres para reflexionar sobre la importancia y opciones para cuidarse a sí mismas, aún en la desafiante realidad de la pandemia y sus efectos colaterales”.
La inscripción es gratuita y en el siguiente enlace puede confirmar su asistencia virtual: https://forosyeventos.com/me-cuido-por-mi/
Invitad@s a ver este video de apenas 1 minuto y 13 segundos:
José David Guevara Muñoz
Editor de Gente-diverGente
Periodista independiente
En Estados Unidos, ninguna liga deportiva importante (NBA, MLB, NFL, NHL y ¿MLS?) define como campeón al equipo que más puntos o victorias acumule a lo largo del año deportivo
Por Leo Pandolfo (*)
Si hay algo que el deporte NUNCA garantiza es la justicia. Pero justamente por eso es tan emocionante y genera pasiones.
Los que me conocen saben que me encantan las ligas deportivas de los Estados Unidos, y quienes han hablado de esto conmigo, saben que siempre he destacado a los gringos por la calidad que muestran en la organización de sus competencias deportivas con ideas como el draft, la negociación como liga unificada de derechos de transmisión y marcas deportivas para la indumentaria, así como el tope salarial, etc, etc.
En EE. UU. NINGUNA liga deportiva importante (NBA, MLB, NFL, NHL y hasta voy a meter a la MLS aunque no sea importante para los gringos) se define en formato de maratón, en el que el campeón sea el que más puntos o victorias acumule a lo largo del año deportivo.
¿Por qué hacen esto? Porque ese formato es poco emocionante, no genera tanta expectativa, en cambio los Playoffs, ya sean series o partidos únicos, generan muchísima expectativa.
Por eso la fase regular solo sirve para determinar qué equipos pueden optar por luchar por el título, pero la posición en la primera parte del campeonato solo garantiza la llamada ventaja de localía, NADA MÁS.
Y ojo que en las Grandes Ligas se juegan 162 partidos de temporada regular, no 22. Y el mejor equipo de las grandes Ligas, que puede haber obtenido más de 20 o 30 victorias más que el que se mete como comodín, puede quedar fuera en una serie y chao aspiraciones de título.
Hace pocos años los Patriots de la NFL llegaron con récord de 18-0 al Super Bowl y los Giants, por quien nadie daba nada, les ganaron la final y fueron campeones.
En fin, ejemplos sobran. Pero bueno, no comparemos fútbol con otras disciplinas.
Mi querido Tano (el periodista Gaetano Pandolfo) me decía un día de estos que con este formato, su super Liga podía quedar afuera incluso manteniendo la condición de invicta (por ejemplo con un empate a cero en Tibás y un empate a uno en el Morera), pero ni siquiera fue así.
Saprissa ganó 4 de los 6 puntos de la semifinal, pese a que en la temporada regular se comió cinco en un clásico y mostró la peor versión del Saprissa de los últimos 15 años.
Si Saprissa y la Liga hubiesen jugado en México, Saprissa también habría clasificado, porque en México, que se juegan Playoffs o Liguilla como acá, la posición en la tabla solo da ventaja a la hora de desempatar. Ese criterio me parece el más justo para un formato como el que jugamos acá o en México. Ahí no se daría el ejemplo hipotético que mencioné arriba sobre dos empates, la Liga invicta y fuera del torneo.
Pero vayamos a algo más extremo. Un atleta puede ser super dominante en su disciplina individual, digamos atletismo. Llegó caminando y batiendo récords a los Juegos Olímpicos. Llega a la final de los 100 metros planos y resulta que en esa carrera, mientras corría sintió una molestia que lo hizo bajar su intensidad y en una centésima de segundo perdió el merecidísimo oro. ¿Justo? No, pero así es el deporte, en el que ninguno puede perder la esperanza de ganarle al más pintado.
He dicho.
(*) Leo Pandolfo es periodista deportivo.
Por derecho, empatía, consideración humana, los montos de este régimen deben depositarse en las primeras horas del último día hábil de cada mes
Por José Luis Valverde Morales (*)
Jineteo es un término que se usa para referirse al dinero que no se entrega a tiempo, mientras quien lo retiene aprovecha para ganar en algún negocio temporal.
Lo malo es cuando quien espera el monto, depende de esa plata para el sustento y debe cumplir el plazo para honrar el pago de servicios públicos, alimentación y techo. El resto del tiempo se dedica a sobrevivir como pueda.
El régimen de pensiones de Invalidez, Vejez y Muerte administrado por la Caja Costarricense de Seguro Social es el más grande del país. En sus inicios y hasta hace unos años, pagaba el derecho por adelantado cada mes; además, durante los doce meses, al menos en dos ocasiones se actualizaba el monto para ajustarlo al costo de la vida y mantener de esta manera el poder adquisitivo de los derechohabientes.
Bajo el argumento que algunos jubilados morían cuando ya se les habían girado los recursos, tales prácticas se modificaron hace algunos años. Ahora el beneficio, producto de un derecho, no de una regalía, se paga mes vencido, al decir del pueblo: “coyol quebrado, coyol comido”.
Ahora resulta que no se cancela el último día, sino que se deposita en el primer día calendario. Veamos el ejemplo de la entrega de abril: se giran un viernes a altas horas de la noche cuando no se pueden hacer efectivos, la inmensa mayoría de pensionados no accede a servicios electrónicos, no usa cajeros automáticos, sábado y domingo los bancos están cerrados, el feriado del primero de mayo se pasó para el lunes, entonces hay que esperar hasta el martes para recoger lo que legítimamente pertenece… apersonarse a la ventanilla del banco, abarrotado de personas adultas mayores, a veces esperando bajo las inclemencias del tiempo, ahora en tiempos de pandemia.
La falta de empatía de los burócratas de la Gerencia de Pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social, institución a la que quiero entrañablemente, no puede ser más clara y odiosa.
No sólo se jinetea el dinero durante al menos un día, esto en términos financieros, en la magnitud de los fondos administrados no es poca cosa, y se dejó de hacer aumentos, sino que -lo más doloroso- se jinetea la fragilidad de personas en condición, como bien se denomina el régimen, de Invalidez, Vejez o la Muerte de un ser querido, quien les heredó una pensión disminuida porque así lo disponen los fríos reglamentos.
Por derecho, empatía, consideración humana, las pensiones del IVM deben depositarse en las primeras horas el último día hábil de cada mes.
¡Basta ya de jinetear el dinero y la fragilidad de miles de pensionados!
Desde El Chiverral, San Antonio de Escazú, José Luis Valverde Morales, cuidador de casas, lechero, cogedor de café en su natal Escazú, licenciado en Ciencias de la Comunicación UCR, expresidente Colegio de Periodistas de Costa Rica, exdirector de comunicación CCSS y Presidencia de la República, expresidente Asociación Solidarista de la CCSS.