Regresar con el corazón lleno de gratitud… Retornar al punto de partida para dar las gracias… La gratitud es la memoria del corazón…

Alejandro Guevara Muñoz

Volver al punto de partida y decir gracias.

Entre 1941 y 1949, mi padre; David Guevara Arguedas, y sus tres hermanas vivieron en el Hogar Bíblico en San José de la Montaña, un orfanato ubicado en las montañas al norte del Valle Central.

Tras la muerte de la mamá de ellos, una de sus tías maternas, Victoria Arguedas, decidió llevarse a sus sobrinos al Hogar Bíblico, en donde ella trabajaría varios años.

La tía Victoria llegaría a convertirse en una madre para aquel niño y tres niñas. De hecho, en la familia crecimos viéndola como nuestra abuelita.

De papá siempre escuché mucha gratitud y lindas experiencias sobre aquel nuevo hogar en donde las hermanas y hermanos se multiplicaron desde 1941. Siempre recordaba historias y aventuras vividas en los potreros, cafetales y escuela.

Hace muchos años, quizá más de 25, le pregunté a papá ¿qué recordaba de esa época? En ese preciso instante, papá estaba manejando su carro; disminuyó la velocidad y me dijo “En general tengo lindos recuerdos de ese tiempo y mucha gratitud, crecer con mis hermanas cerca fue siempre especial. Cuando fui creciendo, en algunas ocasiones me preguntaba sobre la gente que apoyaba ese lugar, que apoyaba a toda esa güilada, gente que no conocíamos pero que nos tuvo presente… Sin duda, en muchos momentos pensaba en mi mamá y en mi papá”.

En 1949, papá y sus tres hermanas salieron del Hogar Bíblico. Se fueron a vivir a Atenas de Alajuela con su tía Victoria. Nuestro padre siempre guardó en su memoria un lugar especial para sus vivencias en San José de la Montaña. En nuestro hogar, el Hogar Bíblico siempre estuvo presente en los diálogos en la mesa, y formó parte de nuestros paseos una o dos veces por año.

A la izquierda, David Guevara Arguedas; a la derecha, el autor de este artículo. Ambas fotos fueron tomadas en el Hogar Bíblico.

Papá aprendió la gratitud desde niño; esto lo hizo mantener y fortalecer su lazo con aquel lugar. Por más de 25 años ocupó la presidencia y otros puestos en la junta directiva de la Asociación de Egresados del Hogar Bíblico.

Volver con el corazón lleno de gratitud… Volver al punto de partida para dar las gracias… La gratitud es la memoria del corazón…

El año pasado inicié una serie de conversaciones con la junta directiva de la Asociación Roblealto, un equipo de líderes que trabaja con cuatro proyectos o programas que involucran a más de 800 niños y niñas en la ciudad de San José, un proyecto productivo y comercial llamado La Granja Roblealto y, por supuesto, el Hogar Bíblico en San José de la Montaña, un rincón herediano que continúa abrazando los sueños de niñas y niños.

Hoy, en este 2023, tengo el honor de volver a caminar por donde caminó mi viejo, ese lugar adonde volvió una y otra vez con el corazón lleno de gratitud… Lo hago ahora como consultor en temas de niñez (Estrategia, Derechos, Incidencia y Sostenibilidad)… una bella oportunidad para seguir dando gracias… Sí, tengo el privilegio de volver al punto de partida y agradecer a través de la oportunidad que me brinda el Creador de compartir esos saberes… La gratitud tiene muchas formas de manifestarse.

Mis conocimientos y experiencias al servicio de una güilada, contribuir para que sus sueños alcen vuelo y lleguen muy alto… Será, sin duda, un lindo espacio para grandes y nuevos aprendizajes…

Aquella frase que escuchábamos cantar a Fidel Gamboa, “Sé que a veces miro para atrás, pero es para saber de dónde vengo”, toma mucho sentido en estos momentos. Me atrevo a parafrasearla y decir: “Debo mirar hacia atrás, para ver el punto de partida y dar una y otra vez las gracias”.

Alejandro Guevara Muñoz, consultor en temas de niñez.