10 recomendaciones para velar por la integridad psicológica y emocional de los jóvenes

Isabel Vargas González

Ante la creciente información acerca de los ataques informáticos, tanto a nivel global como local surge la reflexión sobre la inversión en educación por una ciudadanía digital más responsable y segura en el uso de las nuevas tecnologías. El nivel de vulnerabilidad de la información expuesta, entre la población adolescente y adulta joven, es aún más creciente en las redes sociales.

Si bien es cierto, los dispositivos móviles facilitan la comunicación, la incorporación de las cámaras nos permite compartir fotografías y los asistentes de voz interactuar más rápida y fácilmente. Y aunque todo ello en conjunto, permite una sensación de cercanía, lo cierto es que estas interacciones también implican un riesgo y la exposición a una serie de nuevos peligros.

Según encuestas realizadas por UNICEF (2020) a adolescentes sobre el uso de la tecnología revelan que los 13 años es la edad promedio en la que los jóvenes reciben su primer dispositivo con acceso a internet. Asimismo, el estudio pone en evidencia que el 50% de esta población ha experimentado una situación negativa en internet.

Estos nuevos escenarios de iniciación temprana de relación y de navegación en internet y en redes sociales tiene efectos perjudiciales a nivel psicológico y social en la juventud. Desde el punto de vista psicológico puede generar sentimientos de soledad, ansiedad, depresión y ausencia de autocontrol, situaciones que pueden desencadenar en otras socialmente asociadas al ciberacoso, abuso en internet, robo de información o pérdida de la misma, robo de identidad, entre otras.

La promoción de la integridad psicológica y emocional de la persona joven mediante el reconocimiento de los propios sentimientos, la conciencia de sí mismo y la autorregulación deben ser líneas orientadoras para el desarrollo de E-Competencias socioemocionales. De la misma manera, la divulgación de prácticas más responsable y saludables para la interacción en línea constituyen un punto de partida inmediato para la protección de la persona joven. En este sentido algunas recomendaciones son:

  • Procure que sus redes sociales sean privadas y no acepte personas desconocidas.
  • Si siente que lo están acosando busque ayuda de alguien adulto de su entera confianza.
  • Todas las redes sociales tienen la posibilidad de bloquear, así que si se encuentra ante escenarios de burlas, mentiras o mensajes ofensivos o hirientes bloquee a la persona y reporte su comportamiento.
  • Evite compartir o enviar fotos o videos de carácter sexual a otras personas, especialmente si no la conoce.
  • Tenga conciencia de que el lenguaje en código para comunicarse puede no ser inofensivo y podría servir para la intimidación, promoción del uso de drogas, sexo y otros.

Por otro lado, las frecuentes alertas sobre los riesgos del mal uso de la información en entornos virtuales y redes sociales, así como la ausencia de inteligencia emocional en las interacciones en línea demuestran la imperante necesidad de identificar acciones concretas para la protección de los datos y la privacidad.  Para la protección de datos e información en internet los expertos en el campo de la ciberseguridad recomiendan:

  • No descargue aplicaciones, películas, videojuegos u otras desde sitios “pirata”.
  • Actualice sus apps o el sistema operativo de sus dispositivos con relativa frecuencia o cada vez que cuente con una actualización.
  • No abra correos electrónicos de dudosa procedencia.
  • Utilice doble autenticación en páginas que así lo permitan.
  • Procure no usar conexiones de wifi abiertas y si por alguna razón debe hacerlo, evite exponer información sensible.

Es necesario priorizar los esfuerzos y compromisos sociales y educativos, desde la adolescencia, con una educación digital en pro de la búsqueda de espacios seguros, responsables y críticos en el uso de la información en internet y en redes sociales. Este es el momento adecuado para facilitar espacios de profunda reflexión sobre el desarrollo de competencias socioemocionales especialmente útiles en el contexto virtual.

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Isabel Vargas González cuenta con formación profesional en el campo de la orientación, del desarrollo curricular y la gestión de proyectos. Cuenta con más de 13 años de experiencia en el diseño curricular y es docente universitaria. Actualmente se desempeña como Coordinadora de Innovación Curricular de la Universidad Castro Carazo.