Una estrategia para el desarrollo de habilidades y el aprendizaje de conocimientos necesarios para las nuevas demandas del mercado laboral empieza por la implementación de un modelo educativo a nivel país y articulado en todos los niveles de formación

Isabel Vargas González

En pocas ocasiones se visibiliza la relación entre la oferta de estudio universitaria y la nueva configuración de los empleos como consecuencia de la llegada de nuevas empresas que encuentran en nuestro país oportunidades de inversión muy favorables. 

Pareciera que las compañías dan por sentado que en un determinado país existe suficientes profesionales con las capacidades y la preparación técnica en correspondencia con los puestos de trabajo requeridos. 

Sin embargo, no existen en el país, los espacios suficientes para instaurar estrategias de vinculación entre las necesidades de las empresas y la oferta educativa de las instituciones de educación universitaria.

Un estudio realizado este año por la empresa consultora de reclutamiento Page Group, encontró que en Latinoamérica la escasez de talento en áreas de tecnología financiera (Fintech) asciende a un 48%. Mientras, en Centroamérica los profesionales de talento humano. se enfrentan, cada vez con mayor frecuencia, a la difícil tarea de encontrar los perfiles deseados por los empleadores.

La firma especializada en recursos humanos Manpower Group (2022) refleja que en Costa Rica el 60% de los reclutadores tiene dificultades en los procesos de contratación del talento requerido por las empresas. Esta misma institución evidencia una creciente demanda de talento especialmente en áreas de tecnología como IT y análisis de datos, operaciones y logística, ventas y marketing, entre otras.

Por otro lado, el avance de Costa Rica en materia de educación y la promoción de habilidades claves en áreas relacionadas con la demanda de talento en ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas parecen tener un carácter inerte y lento en aplicación en la educación pública. 

Aunado a lo anterior, las deficiencias en cobertura, calidad de la educación y las brechas de equidad constituyen un terreno fértil para generar un desequilibrio entre las oportunidades de empleo y la oferta de profesionales que se están formando para suplir esa demanda de nuevos talentos.

Una estrategia para el desarrollo de habilidades y el aprendizaje de conocimientos necesarios para las nuevas demandas del mercado laboral empieza por la implementación de un modelo educativo a nivel país y articulado en todos los niveles de formación.

Reviste de especial importancia estimular e integrar de forma transdisciplinar el desarrollo de capacidades en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas (STEAM por sus siglas en inglés), desde la primera infancia y en ciclos de formación superior.

Desde el entorno educativo, estos retos también requieren una formación docente orientada al desarrollo de habilidades científicas y tecnológicas mediante planes de formación más estructurados, especializados y con infraestructura y recursos necesarios para facilitar el aprendizaje de una manera práctica. 

Asimismo, es necesario el compromiso docente en la puesta en marcha de actividades que motiven la indagación, la creatividad, la resolución de problemas y el planteamiento de interrogantes.

La respuesta a los restos del futuro y a las nuevas demandas del mercado laboral se encuentra en consonancia con experiencias educativas desde el enfoque STEAM.  La ciencia debe concebirse como la forma de conocimiento que permite la comprensión de un mundo complejo; la tecnología debe constituir el medio de adaptación a las necesidades humanas; la ingeniería como forma de diseño que permita dar respuesta a los problemas reales, el arte permitiría el desarrollo de la creatividad y la expresión y, las matemáticas para entender las relaciones, desarrollar un pensamiento lógico y expresar los problemas desde el análisis de los datos.

Sólo de esta manera, será posible enfrentarse al desafío futuro de contar por los perfiles profesionales ideales y para la diversidad de opciones de puestos laborales requerida por las empresas y las organizaciones. 

Y, del mismo modo, tendremos una fuerza laboral con mayores oportunidades de empleo, acceso a salarios competitivos y posiciones de trabajo de liderazgo.

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Isabel Vargas González cuenta con formación profesional en el campo de la orientación, del desarrollo curricular y la gestión de proyectos. Cuenta con más de 14 años de experiencia en el diseño curricular y es docente universitaria. Actualmente se desempeña como Directora de Innovación y Desarrollo Curricular de la Universidad Castro Carazo.