Entrega 4 (de un total de 21)
Mañana: Contesta una profesora de pilates

Porque todos observamos y analizamos diferente… A partir de esta realidad, Gente-diverGente invitó a 21 personas a expresar por escrito, y con absoluta libertad, lo que una misma fotografía (un viejo camión abandonado) les dice o sugiere.

21 en el 2021 es el nombre de esta iniciativa que celebra la diversidad y multiplicidad de visiones, análisis y perspectivas que coexisten en la sociedad y nos permiten tratar de armar el complejo rompecabezas del entorno.

Le toca el turno hoy, en este ejercicio de pluralidad, a José Soto, pastor y traductor de la Biblia.

Primera impresión: abandono, ruina, tristeza, pareciera estar esgrimiendo dolor, queja.

Luego, descubro la belleza inesperada, sus formas redondas, robustas, fuertes, sencillas, con mil historias que contar, aun su herrumbre denota carácter cual heridas de guerra.

A mis 60 años no puedo menos que contemplarlo y meditar en la vejez. El abandono tiene dos caras. Se puede sufrir abandono por parte de los demás… de los hijos, amigos, gobierno, sociedad. El sentimiento de inservible, inútil, pasado de moda se acrecienta. El camión parece estar en un lote remoto, donde pocos han determinado la existencia de este, cual asilo donde son dejados los ancianos para no verlos más, para olvidarlos y no permitir que interrumpan la vida de los que aún no llegan allí.

Luego está el abandono de uno mismo, la renuncia a luchar, a mejorar, cuando ya nada importa y se desea la muerte, el descanso… aparecen la ruina y la sombría tristeza y la queja.

Y hay quienes deciden abandonar lo superfluo para dedicar sus últimos días a lo que siempre les importó pero no atendieron ni priorizaron… familia, amigos, lo simple, el disfrute del detalle, del café, del vino, del no hacer nada y no sentirse culpable, de permitirse sentir… sol, arena, zacate, brisa, viento, caricia, placer, sexo. Permitirse sentir con lo ojos también… la flor, el atardecer, el perro, la lora, un cuerpo hermoso, un rostro amable, una sonrisa. Permitirse sentir con el gusto… el vino, el chicharrón, la humedad de un beso.

En estos últimos es más fácil descubrir la belleza inesperada… cada arruga tiene su historia, los ojos nublados te dicen tantas cosas, los huesos con escasa carne nos hablan de tiempos robustos… conversas con ellos y descubres carácter, fuerza de pensamiento, ideas aún claras, sus palabras reposadas, pausadas pero llenas de sabiduría… de inmediato percibes que callan no porque no tengan qué decir, sino porque es mejor no decir nada… no juzgan porque ya fueron juzgados y saben qué se siente.

Quizás estos sean más difíciles de encontrar… pero a mis 60 quiero ser uno de ellos algún día… o será que ya empecé a serlo.

José Soto. Pastor y traductor de la Biblia.

¿Y a usted qué le dice la foto del camión?
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