Da igual si nombran a cualquier bombeta como representante de Costa Rica ante cualquier organismo internacional porque lo que importa es la piñata del puesto

Por José Joaquín Fernández

El pueblo costarricense peca de inocente cuando se indigna con el nombramiento de Ottón Solís como representante de Costa Rica ante la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).

El objetivo de la OCDE, el BCIE, el Banco Mundial, el FMI, el BID, etc., y de todos estos organismos internacionales es crear plazas bien pagadas para repartirlas como favor político.

Un inocente llega a creer que estas entidades realizan una gran labor de asesoría cuando la verdad no hacen más que descubrir el agua tibia y reiterar lo que se encuentra en cualquier texto de pregrado de Economía.

En este sentido, da igual si nombran a cualquier bombeta como representante de Costa Rica ante cualquier organismo internacional porque lo que importa es la piñata del puesto.

Ninguna de estas entidades contribuye al bienestar ni puede hacerlo. Todo lo contrario, al financiarse con impuestos, todas estas entidades representan una carga tributaria adicional y, por ende, un obstáculo más al sector productivo.

Si estas entidades generaran valor, podrían sostenerse sin necesidad de impuestos. Es decir, contribuye más al bienestar un vendedor ambulante que se gana la vida con el sudor de su frente y que no vive de impuestos.

El nombramiento de Ottón Solís no debe causar indignación alguna, sino el ingreso de Costa Rica a la OCDE y la existencia misma de esta entidad burocrática.

José Joaquín Fernández es CEO del Instituto Libertad, una institución sin fines de lucro que promueve el liberalismo por medio de conferencias, seminarios y publicaciones.