MOSAICO HUMANO
Por María Antonieta Chaverri

Sentirme escuchada, verdaderamente escuchada, siempre es un alivio. ¿Quién no ha sentido el poder la escucha empática?

Hace tiempo conocí más profundamente lo que es la verdadera escucha: esa sin juicios, que reconoce las emociones como la realidad de quien las vive y que desde la empatía permite sentirse acompañado y da la confianza para expresarse y encontrarse. Esa que no dice qué hacer, sino que abre el espacio para que una misma reconozca que siempre se puede elegir, que sí hay opciones.

Ahora entiendo que esa escucha es un privilegio que muchos no tienen y que cada día es más indispensable.

¿Qué tal si regalamos escucha esta Navidad a los más vulnerables?

Realidad

Estar sin empleo, sin esperanza, no ver posibilidades, no saber que comerá la familia mañana, vivir en una constante incertidumbre… esa ha sido y es la realidad de miles de personas en nuestro país este año.

En el caso de las mujeres, las afectaciones a raíz de la pandemia y sus efectos colaterales son todavía más críticos. Dado el confinamiento y el estrés asociado, hay un incremento en la violencia intrafamiliar, siendo mujeres y niños lo más afectados.

Desde hace tiempo la ONU afirma que las mujeres alrededor del mundo están en mucho mayor riesgo alimentario, de caer en la pobreza y ser afectadas por desastres naturales, guerras y crisis de cualquier tipo. La pandemia nos ha demostrado que ese riesgo es real.

“En Voces Vitales Costa Rica, con el apoyo de Utard Consultores y la Federación Internacional de Coaching (ICF) hemos convocado y capacitado a mentoras, psicólogos y coaches para conformar la Brigada de Escucha con el fin de atender de forma gratuita, por medio de voluntariado, a la población más vulnerable”.

María Antonieta Chaverri, Coach de liderazgo trascendente

Una publicación reciente de la firma McKinsey explica cómo alrededor del mundo la empleabilidad de las mujeres se ve más afectada que la de los hombres, a raíz del Covid-19, por múltiples razones, entre ellas porque la mayor cantidad de empleos independientes y en industrias en riesgo son ocupados por mujeres. Además, el hecho de que los niños no asistan a la escuela y no haya, a raíz del confinamiento, alternativas de cuido; la necesidad de acompañar a los niños en su proceso de aprendizaje desde la casa y la sobre carga de labores del hogar han provocado que muchas mujeres tengan que dejar sus trabajos para hacerse cargo de las nuevas dinámicas familiares.

La tasa de desempleo femenino en Costa Rica es del 30,4%. Previo a la pandemia el Programa Estado de la Nación estimó que el acceso igualitario de las mujeres al mercado laboral reduciría la pobreza del país a la mitad. Esta posibilidad parece esfumarse en tiempos en que se estima que el 30% de los habitantes de nuestro país viven en pobreza (6% más que en el 2019), la tasa de desempleo nacional supera ya el 24%, más de 11 puntos porcentuales por encima que marzo pasado, y más de la mitad de los trabajos perdidos a raíz de la pandemia eran ocupados por mujeres. Actualmente la tasa desempleo femenino es prácticamente el doble que la del desempleo masculino.

La otra realidad

Estas cifras y muchas otras reflejan una realidad fría que no cuentan la angustia que en silencio viven miles de mujeres: el miedo y dolor de no poder alimentar a sus familias, de no poder acompañar a sus hijos en el proceso de aprendizaje virtual, la realidad y el temor provocados por la violencia doméstica, la tristeza de truncar sus sueños profesionales, sus emprendimientos, su actividad económica; la presión de mantener la estabilidad emocional de quienes la rodean, la creencia de que es mejor no transmitir miedo…

Los seres humanos tenemos el potencial para ingeniárnosla. Siempre, sin importar lo duro de las circunstancias, hay alguna posibilidad y podemos ejercer la gestión de las emociones para elegir la actitud con la que nos enfrentamos a las vicisitudes.

Sin embargo, cuando los niveles de estrés son excesivamente elevados, perdemos esa perspectiva de la realidad y entramos en una especie de hoyo negro. Ese estado de ceguera inconsciente es caldo de cultivo para desarrollar cuadros psico-emocionales severos que pueden convertirse en afectaciones de la salud mental y actitudes dañinas contra sí mismos y los demás.

La época navideña es una excelente temporada para brindar acompañamiento a quienes están al borde de afectaciones mentales y emocionales.

La crisis sanitaria ha profundizado los retos económicos que enfrentábamos y, lógicamente, ha llevado la atención del mundo entero a la salud física. Sin embargo, la salud mental, que de por sí ya es un tabú en nuestra sociedad, sigue estando altamente invisibilizada y poco atendida a pesar de su seria afectación y deterioro. El estudio “Salud mental y relaciones con el entorno en tiempos de COVID-19”, conducido por la UNED y la UNA reveló que los estados depresivos de la población costarricense aumentaron un 50% desde el inicio de la pandemia, según publicó Delfino.cr.

Poder expresar las emociones en un ambiente de confianza funciona como una válvula de escape que permite sacar presión para abrir paso al alivio y la posibilidad de descubrir recursos internos y externos que, por el estrés excesivo, no es posible visualizar.

Ofrecemos escucha

En Voces Vitales Costa Rica, con el apoyo de Utard Consultores y la Federación Internacional de Coaching (ICF) hemos convocado y capacitado a mentoras, psicólogos y coaches para conformar la Brigada de Escucha con el fin de atender de forma gratuita, por medio de voluntariado, a la población más vulnerable.

Gracias al apoyo del Fondo Canadá y la Fundación McNulty, formamos a 60 brigadistas y ofrecimos el servicio gratuito a 126 personas, en su mayoría mujeres.

Nuestra segunda meta es llevar escucha a 500 mujeres más y formar a 50 nuevos brigadistas. Para alcanzarla hemos lanzado una campaña de recaudación de fondos en una plataforma virtual internacional de crowdfunding (recaudación pública de fondos). El monto de la donación es voluntario, todo suma.

El dinero se utilizará para formar nuevos brigadistas, dar a conocer los servicios de la brigada en las comunidades y romper tabúes para motivar a las personas a utilizarlos.

Esta semana, comenzamos a ofrecer escucha en Guanacaste en zonas en que la Asociación CEPIA ha identificado necesidad en cientos de personas.

Ya hemos podido escuchar a varias e incluso, como mucho dolor, conocer casos de violencia doméstica e intenciones suicidas. La Brigada de Escucha tiene protocolos para elevar los casos que corresponda a terapia con profesionales en psicología y para acompañar a mujeres y víctimas en la toma de decisiones sobre sus derechos e integridad física y emocional, así como para que conozcan los mecanismos oficiales para su protección.

Aún falta la mitad de los fondos por recaudar para llegar a esas 500 mujeres y usted puede ayudar haciendo su donación en este link: https://www.globalgiving.org/projects/costarica-needs-listening/

Las festividades de Navidad, fin e inicio de año provocan exacerbación de emociones. Es una excelente temporada para brindar acompañamiento a quienes están al borde de afectaciones mentales y emocionales mucho más severas y a quienes pueden encontrar formas de salir adelante pero necesitan ser escuchados para encontrarlas.

¿Qué tal si regalamos escucha?

(*) María Antonieta Chaverri es Coach de liderazgo trascendente, formadora de mentores y asesora para empresas y organizaciones de diferentes sectores en temas como alineamiento estratégico, liderazgo, transformación cultural y diversidad e inclusión.