Vocablos como “breve”, “solución”, “resolver”, “atacar”, “compromiso”, “garantía”, “conscientes”, “responsables”, “prioridad”, “apoyo” son interpretadas al pie de la letra por los clientes descontentos

El pasado 13 de mayo ingresé en la página de una prestigiosa compañía sueca y escribí un resumido reporte sobre una mala, y reiterada, experiencia que tuve con uno de sus productos.

Casi de inmediato, recibí una respuesta en la que se me agradecía por haberme puesto en contacto con ellos, se detallaba el número de mi caso y concluía con esta promesa: “An agent will be in touch with you shortly” (“Un agente se pondrá en contacto con usted en breve”).

Sin embargo, al día de hoy, han transcurrido exactamente tres semanas, y empiezo a preguntarme qué entenderá esa empresa por “shortly”, “en breve”.

Esta mañana volví a escribirles y el empático robot encargado del servicio al cliente me contestó exactamente igual, solo que en esta ocasión me dio otro número de caso, al que por lo visto tendré que darle seguimiento dentro de 21 días.

Lo anterior a pesar de que el Diccionario de la Lengua Española define “en breve” como “dentro de poco tiempo, muy pronto”.

Una situación real que sirve para ilustrar el cuidado que hay que tener con las palabras que utilizamos para comunicarnos, en especial cuando se trata de clientes.

Los consumidores, particularmente cuando nos sentimos defraudados, tomamos muy en serio cada vocablo con el que se nos responde, le conferimos a cada término el valor de una promesa. ¡Pocas veces el lenguaje tiene tanto peso!

Palabras como “breve”, “solución”, “resolver”, “atacar”, “compromiso”, “garantía”, “conscientes”, “responsables”, “prioridad”, “apoyo” y otras por el estilo son interpretadas al pie de la letra por los clientes descontentos o a la espera de un desenlace positivo.

En el caso que me ocupa, para mí “shortly” es “shortly”, “en breve” es “en breve”; es decir, “dentro de poco tiempo, muy pronto”, no dentro de más de tres semanas.

Tengamos cuidado con las palabras que usamos porque en el fondo no se trata de que luzcan o suenen bonitas, sino de que honren lo que significan.

José David Guevara Muñoz
Editor de Gente-diverGente
Periodista con 35 años de experiencia
Asesor en comunicación