Lejos de patrocinadores o una cantidad masiva de seguidores, los docentes procuran construir los mejores escenarios para el aprendizaje en sus redes sociales educativas

Karen Acuña Picado

Aquí entre nos, ¿cuáles son los influencers que usted admira?

Hace algún tiempo pensaba que una de las diferencias generacionales entre mis exestudiantes y yo, era la ausencia de influencers en mi adolescencia.

Lo comento, porque en mi experiencia de estudiante colegial, la entretención giraba alrededor de revistas con lo último en moda y chismes del medio de la farándula, programas de televisión con videos musicales, o bien la típica red social que sucedía después del colegio.

Así era como a inicios de este milenio, se desenvolvía el mundo adolescente, al menos desde mi contexto.

Actualmente, para nadie es una revelación, que existe una gran variedad de personas llamadas creadoras de contenido o influencers: personas que crean contenido con el fin de influenciar a otras personas y evidenciar el apoyo por medio de cantidad de seguidores llamados comunidad.

Dentro del tipo de contenido que comparten, se pueden apreciar videos mostrando experiencias propias, imágenes capturando sus mejores momentos, o lugares con la descripción de la mejor comida o precios, o bien aconsejando a otros sobre una gran gama de temas.

También, aparentemente no es un rol unilateral, sino que son personas que generan espacios para conversar con su comunidad, conocerlos y responder a las posibles preguntas que puedan tener desde que le dieron ese “me gusta” anhelado, para poco a poco aumentar la fidelidad a las redes sociales que se alimentan de las interacciones que reciben constantemente.

Todas estas actividades pertinentes a ser una persona creadora de contenido, es tan atractiva que la firma Remitly (2023) realizó un estudio que confirma que, en nuestro país, lo que las personas más buscan en Google bajo la frase: “¿Cómo ser un…?”, arroja como resultado esta actividad, como el deseable número entre las personas costarricenses.

Aunque debo admitir que me sorprende no de la mejor manera este último dato, hay otro escenario desconocido que me inquieta aún más, el hecho de invisibilizar a los no solo llamados creadores de contenido, si no aquellos creadores de experiencias de aprendizaje con los que cuenta nuestra sociedad. Esas personas que también cuentan con redes sociales a su cargo, que se tejen día tras día, llamados estudiantes.

Y a partir de ese enunciado, les justifico mi apreciación. La persona docente, es aquella persona que se ha atrevido a incomodarse para buscar las mejores alternativas para fortalecer su red social que no requiere de patrocinadores o de una cantidad masiva de seguidores, pero sí requiere de seguidores fieles a sus propósitos para que en conjunto se construyan los mejores escenarios para aprender.

Para alcanzar dicha meta, es necesaria la preparación formal e informal que les apoyen en el descubrimiento de sus fortalezas y a enfrentar sus propias falencias mientras se encuentran expuestos a miradas diarias, tanto de los participantes de sus clases como parte de las autoridades, que constantemente asumen un rol que no solo cuestiona a la persona docente para su mejora constante.

Tenemos también a los conocidos haters, aquellas personas  que destiñen las buenas intenciones docentes por imponer visiones que no concuerdan con las prácticas urgentes que la innovación educativa requiere en nuestros recintos de clases.

Además, cómo dejar de lado a este importante grupo de profesionales, que recurren a alternativas creativas para ganar un “me gusta”, y trascender las clases aburridas. Estas personas se esfuerzan por reconocer aquellas prácticas que compaginan con las necesidades que detectan en sus aprendices para obtener la atención, y a partir de ahí crear espacios “trampolín”, esos que potencian el descubrimiento autónomo y el desarrollo de habilidades para la vida. Habilidades que les permitan intercambiar ideas para conectar con otras personas y hacer de la comunicación su mejor aliada.

Respondiendo a la pregunta que plantee al inicio, siendo subjetiva como docente de docentes que soy, no puedo evitar pensar que nuestra sociedad continúa desviando su mirada hacia lo menos importante y superficial. Tenemos tantos influencers educativos que requieren de nuestro apoyo y compromiso fiel para que, de forma consecuente, nuestros aprendices sean influenciados por un cuerpo docente motivado y orientado a mejores oportunidades de crecimiento.

Karen Acuña Picado, es una profesional que cuenta con formación y experiencia en las áreas de preescolar, enseñanza del inglés, administración educativa y currículo. Actualmente, se desempeña como Gestora Pedagógica desde el Laboratorio de Aprendizaje de la Universidad Castro Carazo.