En un país donde la representación de las mujeres sigue siendo muy baja en todos los ámbitos, la elección de la nueva presidenta legislativa es una enorme alegría

MOSAICO HUMANO
(*) Por María Antonieta Chaverri Suárez

No conozco a doña Silvia Hernández Sánchez, Presidenta de la Asamblea Legislativa 2021-2022, tampoco simpatizo con su partido político, pero su camino es alentador porque contribuye al de muchas otras mujeres.

A raíz de su nombramiento, el sábado anterior, leí una semblanza suya titulada Hija de la esperanza, escrita por Ricardo Castro y Ruth Linares, que me gustó mucho y me lleva a celebrar su merecida designación.

Mi trabajo diario tiene que ver con contribuir para que se abra camino a las mujeres y que cada una desarrolle su potencial y por eso, en un país donde la representación de las mujeres sigue siendo muy baja en todos los ámbitos, esta elección es una enorme alegría. A doña Silvia le deseo lo mejor en su gestión.

La Presidenta del primer poder de la República, según lo que he leído sobre ella, es una persona capaz, luchadora, tenaz e inteligente. Es de Limón y es mujer, la cuarta en ocupar esa posición en los dos siglos de independencia de Costa Rica. Además, es el primer periodo legislativo en que hay paridad de género en esa posición, dos hombres y dos mujeres. Que el Día del Trabajador de este 2021 hayamos sido testigos de este acontecimiento es esperanzador para los grupos con representación minoritaria.

En Costa Rica el 60% de las mujeres que trabajan fuera del hogar tienen trabajos informales y se estima que la tercera parte no tiene ningún grado de autonomía económica. Estas cifras y la tasa de desocupación femenina son crecientes con la pandemia. Además, el tiempo de trabajo no remunerado de las mujeres triplica al de los hombres.

Este Día del Trabajador y la elección de doña Silvia nos deben llevar a todos, hombres y mujeres, a reflexionar sobre cuáles son las condiciones que como país permitirían que las mujeres se incorporen a la función pública y a la actividad productiva.

Ya en el 2018, el Estado de la Nación había estimado que si se emplea a las mujeres desocupadas, la pobreza en el país disminuiría en 9 puntos porcentuales, pasando del 20% al 11%. Sin duda, el impacto podría ser mayor ahora dado el incremento en la pobreza (26,5% en oct.2020) y el desempleo de las mujeres (también el de los hombres, aunque en menor proporción) por la crisis sanitaria y las afectaciones colaterales.

El Banco Mundial estima que las mujeres reinvierten el 90% de sus ingresos en sus familias y comunidades. En Voces Vitales trabajamos a diario bajo el lema” invertir en la mujer transforma el mundo”, y qué mejor ocasión para recordarlo que la elección de doña Silvia Hernandez en esta fecha.

(*) María Antonieta Chaverri es Coach de liderazgo trascendente, formadora de mentores y asesora para empresas y organizaciones de diferentes sectores en temas como alineamiento estratégico, liderazgo, transformación cultural y diversidad e inclusión.