El pasado jueves 28 de enero tuve el gusto y el privilegio de conocer y conversar con un ser humano auténtico, sin poses ni ingredientes artificiales

Durante sus años de infancia, Marlon “Teco” Castillo Masís regresaba de la escuela a su casa encaramado en carretas de bueyes que acababan de transportar cargas de caña o café.

Así ocurría en la tierra en que nació y aún mora ese campesino de 32 años: el barrio Tuetal Sur, distrito del cantón central de la provincia de Alajuela.

En sus ratos libres, aquel escolar jugaba con “bueyecillos de madera”.

“Nací boyero”, me dijo el jueves 28 de enero quien a los 18 años logró comprar su propia yunta de bueyes. Desde entonces, ha sido propietario de 34 de esos animales con los que se ha ganado el sustento transportando café, leña, tierra, arena, alimento para el ganado, abono y preparando terrenos para la siembra de maíz, frijol, ayote y culantro.

Comercia también leche de cabra y chanchos engordados por él, además de amansar novillos para que trabajen como bueyes.

“Un boyero no se hace, se nace; la ilusión de uno son los bueyes. No veo esto como un trabajo, sino como una pasión. Es una felicidad tan grande enyugar unos bueyes y sacarlos a la calle. Se siente uno orgullocillo”, manifestó este ser humano auténtico (sin ingredientes artificiales) mientras sostenía el yugo con su mano derecha y se protegía del viento y el sol con un sombrero de lona (un atuendo que siempre lo acompaña, como si fuera un órgano o una extremidad de su cuerpo).

Esa satisfacción se la producen hoy día los “socios” que lo acompañan desde hace dos meses: “El media luna” y “El achote”, dos animales que compró en Bebedero de Escazú. (Ver video de 47 segundos).

Dice “Teco”, un erudito en el mundo de los yugos y las carretas, que él no cambia sus bestias por un carro. “Serán más rápidos, pero un buey entra donde no entra un carro. Yo he tenido que ir a sacar cosechas con mis yuntas donde se han pegado carros y chapulines”.

Todo un gusto y un privilegio haber conocido y conversado con este hombre que dice acostarse cada noche esperando a que amanezca para enyugar sus bueyes y ponerse a trabajar.

Gente como “Teco” hace grande a Costa Rica.

José David Guevara Muñoz
Editor de Gente-diverGente

Periodista independiente