Mis mejores deseos y agradecimiento para Luis Álvarez, un ser humano que me demuestra que aún quedan buenas personas en este mundo

La primera vez que Luis Álvarez y yo nos saludamos con un apretón de manos, pensé: ¡qué dicha que este nuevo compañero de trabajo tiene cara de buena gente y no de persona violenta, porque un golpe de alguno de sus puños debe ponerlo a uno a dormir en un dos por tres!”

Así ocurrió en marzo del 2019, cuando él se incorporó a la mesa de edición del periódico La Nación. Yo tenía a cargo la dirección de El Financiero; ambos productos de Grupo Nación.

Desde entonces, nos caímos bien y cada día nos saludábamos.

Luis es una de esas personas que conserva y mantiene el valioso hábito de saludar y de hacerlo en serio, no como una mera muletilla de cortesía.

A mediados de este año, ambos pasamos a formar parte del índice de desempleo de Costa Rica.

Lo primero que pensé cuando eso sucedió -en mi caso a partir del 30 de junio- fue en luchar por hacer realidad uno de mis sueños: trabajar para mí.

Sí, ser mi propio patrono, compañero de trabajo, conserje, guarda de seguridad, jardinero, cocinero, mensajero y quien prepara el café.

Entonces puse manos a la obra con tres proyectos.

Primero, vender mi libro En busca de Sancho.

Segundo, alojar en Internet una página que abrí en Facebook hace casi 5 años: Don Librote me engancha (www.donlibrote.com).

Tercero, crear y lanzar una página abierta a muy diversas opiniones: Gente-divergente.com.

Hacía tiempo venía pensando en esa idea. Terminó de convencerme la lectura del ensayo El peligro de la historia única, de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie (1977); un libro de 42 páginas que habla sobre el peligro de conformarnos solo con una visión o lectura de la realidad y nos invita a adentrarnos en otras perspectivas.

Es decir, enriquecer nuestra visión del mundo porque nadie posee el monopolio del análisis y la interpretación de cuanto sucede.

Fue entonces cuando descubrí que las manos de Luis Álvarez no solo son fuertes y amistosas, sino también solidarias.

En cuanto se enteró del tercero de mis planes, este colega periodista me ofreció su ayuda para editar algunos de los artículos que me enviaran personas también generosas y constructivas, e interesadas en demostrar que no existe la historia única.

Consciente de que un proyecto nuevo, que además no le cobra ni un cinco a los lectores -ni piensa hacerlo-, no genera ganancias, Luis apoya de manera voluntaria esta iniciativa que dio sus primeros pasos el pasado 5 de octubre.

Es un socio comprometido con la causa, pues no solo me ayuda a editar textos, sino que además contribuye a mover el contenido de Gente-diverGente.

El día que reciba algún ingreso por concepto de este sueño que hasta ahora solo ha tenido egresos (el pago del diseño de la página, el alojamiento web y algunos pagos promocionales a Facebook), sin duda alguna una considerable porción irá a dar a las manos solidarias y generosas de Luis Álvarez.

Por cierto, este socio está cumpliendo años hoy. Mis mejores deseos para un ser humano que me demuestra que aún quedan buenas personas en este mundo.

¡Feliz cumpleaños, Luis! Gracias por tu apoyo.

José David Guevara Muñoz
Editor de Gente-diverGente
Periodista independiente